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miércoles, 23 de octubre de 2019

Vaya cuatro patas para un banco

No he leído ningún libro de la nueva y flamante Premio Nacional de Narrativa. Ni creo que lea alguno. Su decrepitud intelectual me lo impide. Su targumentario sobre la violencia de los secesionistas en Cataluña es de una decadencia tal, que sólo podría venir de un podemita, de la extrema izquierda. A Cristina Morales, por si a alguien le suena el nombre, le produce "alegría" el ver las protestas por la sentencia del Supremo que condena a los golpistas. Bueno, gustos los hay para casi todo. Lo que resulta ya insoportable es que culpe a la policía de la violencia. La granadina, residente en Barcelona, "charnega" de pro, culpa a los agentes policiales de defender el orden, la Ley y la democracia, lo que no hacen los rebeldes separatistas, que engendran violencia sobre cosas y personas. Los revolucionarios de las sonrisas son los terroristas.

La escritora, o lo que sea, si refleja en sus libros esas trasnochadas ideas, que no se extrañe de que, pese a haber obtenido este premio sus libros sean aborrecidos por muchos. Es lo más seguro. Sólo a una charnega se le puede ocurrir estar alegre por ver que arden las calles barcelonesas en vez de que se abran tiendas y cafeterías. Ideas de dos dedos de frente. No sabe laMorales que una cafetería es un lugar donde se sirven cafés y otras cosas agradables para los clientes. Las cafeterías son también lugar de socialización, no como las colas de los sufridos venezolanos para poder adquirir un litro de leche para su hijos hambrientos. Las colas de los venezolanos, decía el expodemita Errejón -el mayor traidor de la historia actual- eran lugar para la socialización. ¡Ya les vale a estos podemitas! Las cafeterías, también, por si no lo sabe laMorales, dan puestos de trabajo, del que se mantienen familias. En las cafeterías, aunque no se lo crea la aspirante a podemita, hasta se leen periódicos impresos, incluso libros. Pero, no será a un servidor a quien vean en una cafetería leyendo un libro de laMorales.
No se ha enterado la premiada que sus amigos, o parientes, o vaya usted a saber, que han incendiado y ejercido el vandalismo en las capitales catalanas han ocasionado cientos de heridos entre los policías y más de siete millones de pérdidas en esa comunidad autónoma española; de ellos, tres millones en la ciudad de Barcelona.
Que digo yo que como tanto le gusta ver arder las calles catalanas y que los violentos indepes destrocen todo lo que se les pone por delante: mobiliario urbano, coches, calles y comercios podría colaborar ella en remediar los males que tanto bien hacen a su espíritu. ¡Que una cosa es ver llover y otra ver destrozar!
En fin, una charnega, de una frente de dos dedos, como el charnego asesino frustrado -del que nadie ha querido facilitar su nombre y solo sabemos que es vecino de Santa Margarida- que intentó derribar un helicóptero de la policía con un cohete de los de feria, pero no por ello menos peligroso. Pudo, el sinvergüenza, causar una hecatombe. Pero, es que este "chanerguillo violento", como lo apodan quienes lo conocen, ya fue detenido por la agresión, a traición, si lo recuerdan, a un agente de la autoridad, al que le rompió la nariz. La " hazaña" la vimos todos, porque alguien la grabó. ¡Será este el tipo de gente que le encanta a la escritora! Él y otros como él son los que prenden los fuegos que a ella le encantan.
En fin, que el podemita de extrema izquierda, elPabloManué, sigue en sus treces y pide a Sánchez que haga uso de su prerrogativa y conceda el indulto a los golpistas, condenados por el Supremo, en aras de lograr la convivencia en Cataluña. ¡Pero, es que este tipo no se entera! Ya ha dicho el Santo Padre indepe, el que pone el ojo donde pone la bala, Oriol Yunqueras, que nos metamos el indulto por donde nos quepa. Como decíamos ayer, ni buen mozo ni bien "hablao". Y el podemita, junto con laPescadera, que es que no se entera.
El que sí se ha enterado de lo que va la vaina es el más que gilipollas presidente del Parlamento catalán, Torrente, el brazo tonto de los indepes. Salió como un huracán diciendo que en su Parlamento se hacía y se decía lo que los parlamentarios quisieran. Es decir, que se comenzaba el proceso, de nuevo, de la independencia. Ni advertencias del Constitucional ni nada, que todo eso se la traía al pairo y que corría personalmente con todas las consecuencias. Un payaso es lo que es. Resulta que lo de ayer no era ningún desafío a nadie, sino una llamada de atención a Sánchez para que dialogue con Cataluña. ¡Un mentecato! Alguien le ha debido advertir -entre ellos los letrados de la Cámara- que debería ir poniendo su barba a remojar, que a su antecesora, laForcadel, se la raparon.

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