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sábado, 16 de noviembre de 2019

Ibiza, tomada por el Ejército


Está mal de la chola, sinceramente, esta gentuza independentista. Y no nos referimos solo a los catalanes golpistas, no, que haberlos haylos otros independentistas en España. Pero de tratar, oigan, de manicomio, por verdaderos loqueros. Es tal la animadversión y el odio que tienen -algunos desde que mamaron- contra todo lo español que se están volviendo majaras, y, más que una clase de bondad, necesitan de verdaderas terapias pacifistas y de sonrisas; después, vendrá la revolución, sí, la de los tambores, para hacer ruido. ¡No te digo!
Resulta que el Ejército español, sin avisar a los habitantes de Ibiza, ha tomado la isla. Miren, tal cual lo digo, están atemorizados los nativos al máximo. Los que no son nativos, es decir, otros españoles de allí y turistas -de los pocos que van, porque, como en Cataluña, andan huidos de aquellos lares- ni le han dado importancia a la invasión; es más, hasta les ha gustado el acontecimiento y han disfrutado de él. 
Las maniobras que el Ejército español realiza en la isla -por cierto, española- consistían en un simulacro de tomar Ibiza desde el mar y rescatar de un cierto lugar a rehenes que habían tomado a otros. Pero, claro, tomar la isla y adelantar el hecho en los colegios no les ha hecho gracia a los impresentables comunistas de Izquierda Unida y, sobre todo, el hecho de que se hiciera publicidad de la invasión escrita en Español o Castellano. Estos, como el guarda forestal catalán, no tienen ni idea de que en España se puede hablar y escribir en Español. ¡Son unos verdaderos imbéciles, como, ya digo, el catalán ese que se pensaba que vivía en los tiempos de la república! Lo peor de todo: no sabía si en la del treinta y seis o en la que se inventaron elPuchi y Yunqueras, que, evidentemente no existe.
Bueno, pues los golpistas continúan en sus trece. A los catalanes me refiero. Volvieron a intentar tomar la estación ferroviaria o de ferrocarril de Sans. Los de la revolución de las sonrisas, los pacíficos y demócratas -como allí se definen,  los violentos y terroristas, que coartan la libertad de movimientos de todo ciriburri- se congregaron en la estación, según Tve unos trescientos -porque abultara algo- y unos cien -según el periódico independentista La Vanguardia -que también parece que se va cansando de los que anteayer defendía y animaba a capa y espada-, a los que poco menos tuvo que desalojar El Pequeño Nicolás. Y eso que es pequeño. 
Andaba por allí elNicolás -¡vayan ustedes a saber a qué!- y, como tenía que viajar en tren, se enfrentó a los terroristas CeDerrés. Todos contra uno lo tuvieron muy fácil. Lo insultaron, le escupieron y le dieron de patadas y bofetadas -una colleja, según La Vanguardia-, hasta que los Mocetes de la Escuadra acudieron al rescate. Ya digo, los pacíficos terroristas, todos contra uno. ¡Son unos verdaderos mierdas! A parte de terroristas. Pero, ya ven, no dan miedo ni a El pequeño Nicolás. Sólo saben armarla, porque tienen la protección  del nazi xenófobo, que, a su vez, tiene el mando de los de la Escuadra.

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