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martes, 26 de noviembre de 2019

El arrebato, un atenuante

Pues sí que tenía razón aquel viejo -o antiguo- político que opinaba que la Justicia española era una mierda. Ya ven, y no es por nada, sale más barato matar a un prójimo que, por ejemplo, al estilo Lute, robar unas gallinas. El que mató -cualquiera se atreve a aseverar el que asesinó- al señor de los tirantes con la bandera española ha sido condenado a cinco años de prisión. Si ponemos los dos años que lleva entre barrotes, pues, miren, en un plis plas, está en la calle; para más precisión, a primeros de junio de 2020. ¡Hombre está preparando ya el petate! 

Y eso que el chileno de extrema izquierda ha sido juzgado por un jurado, presidido, eso sí, por un magistrado, en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Cinco años de prisión para Rodrigo Lanza por "un delito de lesiones dolosas -por lo menos dolorosas sí que debieron ser para el fallecido-, con alevosía y homicidio imprudente, con agravante de cometer el delito por discriminación referente a la ideología y con la atenuante de arrebato".
O sea que, ya se sabe, porque este jurado crea jurisprudencia, hay que matar con arrebato, que eso eximirá de años de cárcel. ¡Pero, Señor, Señor, que el delincuente ya había estado en prisión por haber dejado parapléjico a un policía! Eso no sirve de agravante; no, claro.
Si recuerdan, ambos, asesino y víctima se encontraron en un bar de Zaragoza. El fallecido -entonces vivo- llevaba puestos unos tirantes con la bandera de España. Ahí debió, en ese sitio, comenzar el rifirrafe y a causa de los tirantes que llevaba puestos Víctor Laínez. De ahí que el asesinato u homicidio se conozca como "el caso de los tirantes". Parece que el asunto se en revesó y que Lanza dio un fuerte "silletazo" con el sillín de su bicicleta a Laínez, quien abandonó el bar. Al poco de salir del antro, parce ser que se cayó y el chileno salió y, estando el otro en el suelo, le arreó de lo lindo: puñetazos y patadas. Dice la sentencia que no hubo ensañamiento, porque la víctima estaba inconsciente. ¡Qué barbaridad!
Bueno, sea como sea, al chileno le ha salido barato el asesinato u homicidio, que uno ya ni sabe. Lo cierto es que el uno está en el hoyo, de donde no podrá salir jamás, y el otro comiendo bollos, viendo pasar el tiempo para salir en libertad en pco más de seis meses.
Seguimos viviendo, como ya dijo el poeta en una España de charanga y pandereta. En la del chileno Lanza, o de los tirantes -Laínez está ahí como olvidado- no sabemos a quien calificar de charanga y a quien de pandereta. Elijan ustedes. Como en el del submarino de los narcotraficantes. ¡No me digan! Tres mil kilos de droga cruzando el "charco" en un  mini submarino, tripulado por tres hombres.
Esto solo puede pasar en España. Tienen los narcos más infraestructura que la Marina española. Es difícil, técnicamente, que se hayan podido cruzar el Atlántico en este "bicho", y más cargado a tope. Opinan los expertos que han tenido que repostar en el "camino", para lo cual habrían necesitado un buque que les suministrara el gasoil, o bien que el mini submarino comenzara el viaja en las Azores, desde donde nos llega el tiempo a España. Así y todo, la mercancía la tuvieron que cargar allí, burlando, o no, a la policía portuguesa. 
En cualquier caso, digno de una película taquillera. A su lado Marea Roja y Que vienen los rusos se quedan ya obsoletas. Se prevé una película taquillera, incluso candidata a los Goya, si no a algún Óscar.

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