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lunes, 11 de noviembre de 2019

La desvergüenza podemítica


Sí, sí, seguro. El de la extrema izquierda, elPabloManué y la su compañera estaban cabizbajos en su intervención en la noche electoral -él más que ella-, no por su fracaso -acababan de perder otros siete escaños, y de eso ya habría a quién culpar-, sino porque el que ellos entitulan de la extrema derecha les había dado un baño. Un baño de arriba abajo, incluyendo las axilas y el serete. Es muy suyo elPabloManué, tanto que la envidia lo corroía. Lo mismo le daba que Abascal fuera de izquierdas o de derechas. Lo que no soporta el podemita es que lo superen.
Eso fue lo que hizo el partido político de Abascal. Ni nada más ni nada menos que colarse en el Congreso de los Diputados como tercera fuerza política. Así, como el que no hace la cosa. A lo mejor había hecho bien en dimitir el podemita, que va de mal en peor. Como le ha pasado al exciudadano Rivera. El que fuera líder de los "naranjitos" dimitió tras llevar al caos a su partido, renunció a su acta de diputado y abandona la política; se va a vivir de su profesión, con Malú y Lucas.
No tiene agallas elPabloManué para hacer igual o parecido. Jamás de los jamases ha trabajado en la empresa privada, y, en la pública, como profesor asociado en la Universidad. Con ese sueldo no se mantiene una familia, ni un casoplón -que ya no hay que entrecomillar, porque lo acepta así la que limpia, fija y da esplendor-, con todo lo que conlleva de mantenimiento, personal e impuestos.
Pero, ni una pizca de rubor, oigan, le ha salido al podemita y compañía. Ni asomo de vergüenza por la culpabilidad del mal resultado. Y viene a pedirle al de laPesoé parlamentar ya, que tiene ganas de seis ministerios, al menos, pero esta vez incluyéndose él. ¡Manda güevos! Pues, ese es él. Tal cual.
Ahora que el alojado en La Moncloa se las trae. Solo le faltó tirarse encima del público para celebrar que había perdido varios escaños. La verdad que no tantos como era de esperar tras las barbaridades que ha cometido, que son muchas. Desde convocar las lecciones y ser incapaz antes de eso de lograr la gobernabilidad y llevar al país económicamente a la ruina, hasta permitir verdaderas barbaridades en las calles catalanas por parte de los violentos y terroristas independentistas. Claro, que, como dice el de los Interiores, Marlaska, aquí no pasa nada, meras alteraciones de orden público. Lo cierto es que con su apreciación coincidiría el juez Marchena. Apoyos no le faltan.
El único que se ha cargado con todas las culpas ha sido el infeliz -o felicísimo- ciudadano Rivera. Porque también Tezanos se ha lavado, como Pilatos, las manos. Del ascenso al cielo de laPesoé y de la caída al infierno de lo de Abascal no dio ni una. De lo que quedaba en el medio, le dio igual; pero, tampoco acertó. El cara dura, ahí seguirá, manejando y manipulando las voluntades de los españoles. Mejor cocinero no pudo encontrar el de La Moncloa.
Bueno, tampoco es como para tirar cohetes desde Génova. Casado se ha zafado, de milagrito, del golpe en la mandíbula. Bien lo sabe. En Cataluña, tan solo dos escaños -quizá salvados por el arrojo de la cabeza de lista, Cayetana- y ninguno en las provincias vascongadas. El vasco Maroto se salvó en Castilla y León.
Es muy fuerte, pese a haber logrado recuperar laPepé diecisiete escaños. También hay que tener en cuenta, en su favor, que Casado recibió una herencia envenenada de Rajoy; pero, en su contra, no haber realizado en su totalidad la regeneración en el partido. Seguro que sabe que colocar a Ana Pastor, la expresidenta de las Cortes y acérrima de Rajoy, le ha restado escaños. Lo sabe, ya digo. Algún día tendrá que explicar por qué la puso allí.

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