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lunes, 2 de diciembre de 2019

El cuento de nunca acabar

Si éramos pocos, parió lagüela. O sea, que si Sánchez no quería caldo ahí le van dos tazas, y bien calientes. Porque la Fiscalía ha pedido imputar a Manolón -Manuel Chaves, expresidente de la Junta de Andalucía -y que no se olvide que era militante de laPesoé- y al que fuera su hombre de confianza, Gaspar Zarrías, por una pieza separada del "caso de los EREs fraudulentos de la Junta andaluza. Una pieza más, otra de las más de cien que quedan por ver. Un cuento de nunca acabar, que, por el camino, muchas habrán prescrito y en otras los acusados -ley de vida- hasta habrán fallecido.
Habrá que lamentar, sí, que algunos acusados no puedan llegar a ver el final del túnel, la luz o, quien sabe, si lo más seguro, las sombras. Y también habrá que lamentar que los imputados no devuelvan ni un sólo euro de los más de seiscientos robados de nuestros impuestos, que serán al final del proceso cerca de novecientos millones de los de euro, no de la moneda antigua la peseta. Que de lo uno a la otra va un gran trecho.
Pero, ya ven. A los peperos parece que se le desinflaron las ínfulas -que tampoco explotaron el asunto como para reventarlo- y ahí se han quedado parados, como si con ellos no fuera el asunto y ni tan siquiera se han molestado en buscar las fórmulas para recuperar todas las perras posibles. Y ahora los que se están aprovechando, y hacen escandalera de ello, son los pesoístas, que dudan de que la colocación de la hermana del presidente de la Junta sea todo legal que debiera. Pues, verán, harán de esto todo un mundo, que hará olvidar los novecientos millones de los EREs. Es que los peperos son así: ¡La leche puta!
Todo lo contrario a los de laPesoé. Sánchez, el secretario general de los socialistas, ni se ha dignado opinar lo más mínimo sobre el fraude escandaloso de los EREs, protagonizado por su partido en Andalucía. Ya dijo Ábalos desde el primer momento de conocerse la sentencia que esto no iba con el partido actual. O sea que entonces Sánchez era Pedro, un concejal del ayuntamiento de Madrid, y hoy es el presidente en funciones del Gobierno. Ya está todo dicho. Como siempre. Para eso está Blasábalos, y como lo dijo Blas punto final.
Y a otra cosa mariposa. La metepatas oficial de laPepé ya tuvo que hablar otra vez. ¡Más guapa estaba callada! Esperanza Aguirre, que nada, que no calla ni debajo del agua, le ha dicho al partido, al suyo, que debe prestar los votos necesarios a laPesoé para que Sánchez sea investido presidente del Gobierno de España, que mejor gobernará solo que con los aliados que se ha buscado, los comunistas y los golpistas.
Que no digo que pueda tener razón. Pero, mejor se calla, que no sabe la ignorante lo que pueda estar cociéndose en los entresijos del escenario, entra bambalinas. Por eso, ha hecho bien en contrariarla el presidente de laPepé, Pablo Casado. Y ha hecho más que bien, independientemente de cómo se resuelvan, finalmente, los acontecimientos. En el partido manda él. ¡Y a ver si tiene más gestos como este para que se enteren Rajoy, coño, y Aguirre!
Por lo demás, parece que Sánchez se ajusta a los mandatos y tiempos que le marcan los republicanos del delincuente golpista Yunqueras. Allá él con los republicanos. Aunque, últimamente, parece que no deja de mirar a la derecha. Ha advertido de que no va a haber otras elecciones. Pero no lo tiene muy claro el hombre. El que tampoco lo tiene nada claro es el comunista elPabloManué, que mire para donde mire, solo ve borrasca. Le peligran dos sueldazos, sí, el suyo y el de su mujer, si no entran en el Gobierno de Sánchez.

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