Pensemos en grande

Estará masticando el sapo elPedroQué? Fíjense que para que el Rey "discursee" el contenido tiene que estar aprobado por el Gobierno. Pues, el Rey tuvo que hacerlo anoche, casi casi, como entre líneas. Sánchez entendió el contenido después, porque alguien se lo tuvo que explicar. Entiendo yo, vamos. Ahora, eso sí, la primera no iba entre líneas sino sobre líneas, la primera, digo, zas, en la mismísima frente del candidato, de una manera sencilla, pero ágil, inteligente. Su Majestad felicitó a los españoles la Navidad, dejando por los suelos a Sánchez.

Porque Sánchez, para que lo sepan sus acólitos cerraditos de mollera, lo único que ha hecho, a través de un comunicado de Moncloa, ha sido felicitar las fiestas a los españoles, cuando lo que se celebra en España es la Navidad. Así, después de los zascas que se ha llevado el candidato a través de las redes sociales, no le ha quedado más remedio que utilizar la felicitación de Navidad para dirigirse a las tropas españolas en el extranjero. Pero no se crean, que no se corta el individuo cuando tiene que felicitar a los musulmanes en su mes del Ramadán. Sí sabe distinguir. Lo único que nunca ha tenido clase ni estilo. Y de donde no hay no se puede sacar.

Le sucede al candidato lo mismo que al alcalde de Zamora, la única ciudad de España que tiene un alcalde de Izquierda Unida, un alcalde comunista. Éste tiene por finalidad pasar de la Navidad, y que el municipio haga lo mismo. Ha colocado una iluminación -bueno, él no, que sería mucho trabajar- por las calles de la ciudad que más que ganas de alegrías hace entrar en depresión a la ciudadanía. Luego, ha colocado unas letras luminosas en la Plaza Mayor con el nombre de la "bien cercada" en luminoso. O sea que pone Zamora en una luminaria, al igual que los podemitas ponen en mayúsculas el nombre del partido. Con las horas en punto del reloj del Consistorio suena una canción en Inglés, para escarnio del Castellano. Y eso es todo, ni villancicos ni "misterio" o Nacimiento. Sigue la estela de la podemita laSeñáManuela, cuando fue alcaldesa de Madrid. Los de la oposición, los peperos, tan contentos, que si no pasa en España como para que acontezca algo en Zamora. Parece como que no saben -o acaso la ignoran- de la Historia, costumbres y tradiciones de Occidente. Como el alcalde.

Pues, a lo que íbamos. El Rey recordó a las víctimas de los fenómenos atmosféricos -entiéndase también las del terrorismo etarra-, del empleo -con los socialistas ha aumentado considerablemente el paro-, la desconfianza, cada vez más, en las instituciones -manejadas con descaro y desvergüenza por laPesoé- y el problemón de Cataluña, del que ni Rajoy ni Sánchez saben dar conclusión.

El Rey, en nombre de la reina y de las infantas, no ocultó que España vive momentos difíciles -a causa de los políticos, principalmente de laPesoé y los delincuentes catalanes-, pero mostró su confianza en España -en los españoles- y en la Constitución -que se pasan por el forro los chorizos catalanes, los vascos y los etarras y en la raya roja está el Gobierno de España-, Constitución que significa convivencia y valores -los que no tienen los anteriormente citados-, como la concordia, voluntad de entendimiento, solidaridad y unidad.

Todo eso y más dijo el Rey en su tradicional felicitación navideña. Un Rey atado de pies y manos y, sobre todo, de falta de libertad de expresión, condicionado por un Gobierno que va a pactar verdaderas barbaridades con los golpistas y a formar un Gobierno de coalición con el comunismo. Un Gobierno, el de Sánchez, el de un partido, laPesoé, incapaz de "pensar en grande", que es lo que, sencillamente, ha pedido esta noche el Rey.