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domingo, 19 de enero de 2020

Más traiciones de Sánchez

Permiso. Perdón. La ignorancia nos arrastra, y servidor desconocía que laSeñáCeláa, la "exportavoza" del Gobierno de Sánchez, era la ministra de la Cultura. ¡Perdón! ¡Son tantos los ministerios! Es probable que cuando se produzca la primera crisis de Gobierno no nos los hayamos aprendido todos. Resultado, vuelta a empezar. Se le supone a laSeñáCelá, que, como la exalcaldesa podemita de Madrid, laSeñáManuela, asistió en su juventud -¡anda que no ha llovido!- a alguna escuela. Tanto a la una como a la otra no les vendría mal un repasito a la enciclopedia Álvarez, en la que se aprendía mucho y bien en ella y con ella.

Hombre, más que nada porque se clarearan un tanto -o sea un poquito- las ideas. Que no es lo mismo comer sopa que un pastel, como no es lo mismo la velocidad que el tocino. LaSeñáCeláa, a estas alturas de su vida, no distingue entre esto último, ni lo anterior, y continúa confundiendo la velocidad con el tocino; aunque, bien mirado, si se resbala con un trocito de tocino puede alcanzar una gran velocidad, en la caída, claro. Desde ese punto de vista, laSeñáCeláa tiene la razón. Vale, la misma que se les da a los menos preparados. Ya se me entiende.
Es que a raíz de la polémica sobre el "pin parental" en Murcia -que ya recientemente advertimos que la polémica era cortina de humo del Gobierno "socialcomunista" para "ocultar" Cataluña y el Golpe de Estado y los EREs de la Junta de Andalucía, cuando la gobernaba laPesoé- laSeñáCeláa ha respondido a las afirmaciones del jefe de laPepé, Pablo Casado, en el sentido de que él es el padre de sus hijos -coñe, como los demás de los nuestros- y que dejen los "socialcomunistas" de meter las manos en las familias, que si "el hijo de un yihadista tiene que reproducir el pensamiento de su famila". Lo de laSeñáCelá es como para hacer de eso y no echar gota. Ya comprenderán, ministra de Educación, y confundiendo la velocidad con el tocino. ¡Ajajá, es que es para mearse! Y lo dije.
No, si es que a estos de este inmenso Gobierno les da lo mismo decir "so" que "arre". Buen ejemplo lo tienen en su presidente Sánchez, que lo mismo le da decir hoy una cosa y mañana la contraria y al día siguiente se inventa algo nuevo sobre lo mismo, para desdecirse al otro día. Pero, oigan, con un desparpajo que da gusto. ¡Ni apuro, ni sonrojo! 'Laparió! 
Las dos últimas de Sánchez, ya saben, son de pura traición, pero a dos de los suyos. La de contra España, se está fraguando y llegará a no mucho esperar.
El presidente del Gobierno de España, del gobierno "socialcomunista", ha dejado en la estacada -o, como se dice habitualmente, tirado en la cuneta- a uno de sus mejores colaboradores, quizá al que más ha hecho por él y que nunca lo abandonó en aquella "travesía del desierto", cuando lo expulsaron de la secretaría general de laPesoé. Se trata, como pueden imaginar, de José Manuel Albares. Éste esperaba ser ministro, pero con tanta tropa ya no había sitio. Y no es que Sánchez lo desahuciara, no, porque en compensación le dio la embajada de España en París de la Francia. Otra que ha "liao" el tío, porque Albares, aunque procede de la carrera diplomática ha "pegao" un ascenso de tres categorías. Del quinto nivel, consejero de embajada, pasa a embajador, No está mal el ascenso, después de todo. Los que están "encabronaos" son los demás diplomáticos. Sánchez lo sabe. Le da lo mismo. Al fin y al cabo él es doctor gracias a una tesis, que no era tal. 
El otro traicionado por Sánchez es el exministro de los Exteriores, Borrel, que no es que fuera una maravilla, pero sí hay que reconocer que se peleó con los golpistas catalanes con el fin de dejarlos sin embajadas. Ahora, la Justicia le da la razón al exministro, mientras que Sánchez accede a concederles nuevas embajadas. Con precedentes como esos, ya veremos a dónde deja a España.

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