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viernes, 31 de enero de 2020

De las subvenciones comunistas


Buá, otra versión más sobre la visita a España de la comunista venezolana, la "dulce Delcy" y sus encuentros con el ministro español de los Transportes, Ábalos. Porque no es que fuera un encuentro el que mantuvieron, no. Fueron dos, que se sepa, de momento. El primero en el avión de la interfecta y el otro en la sala vip de la terminal-1 del aeropuerto Adolfo Suárez. Madrid-Barajas. El ministro no ha vuelto a aparecer por sitio alguno, y hay quien dice que ha "roto" su agenda, como poco hasta la semana que viene, que tiene que airearse.
Así que llevamos ni se sabe cuántas versiones de la polémica, del indecente hecho y hasta ilegal aterrizaje del avión de la venezolana en territorio español y de la "pisadura" de la "dulce Delcy" de suelo patrio. Porque, digan lo que digan los demás, laDelcy pisó suelo español, al menos para llegar desde su avión a la sala vip de autoridades de la T-1. Aquí fue, por cierto, donde se vieron por segunda vez las dos autoridades, la venezolana y la española: un besito -muá, muá- de cada lado y un adiós, que puede ser un hasta  luego. El tiempo lo dirá, porque vayan a saber ustedes si este fue el fin de una amistad -bella o no-, o si la entrega continuará por capítulos.
Los de laPepé y los Ciudadanos han pedido una comparecencia en el Congreso por parte del ministro Ábalos, a ver si nos aclara este, por fin, todo el asunto: desde quién permitió que el avión de la venezolana volara territorio español, cuando ya desde antes de despegar de Venezuela se sabía que uno de los viajeros era ella, la "dulce Delcy", que tiene prohibido todo lo que ella hizo en España, como pisar suelo español-europeo, por estar acusada por la Unión de delitos de lesa humanidad. ¡Casi nada!
El asunto es grave, y el Gobierno de "progreso del presidente Sánchez está echando tierra sobre ello, para que no se vuelva a hablar de esa anomalía. Sánchez se ha limitado a salvar a su ministro Ábalos, porque hizo un "gran servicio a España", que no es otro, según se ha comentado, que el evitar que la policía, cumpliera con su deber, que no era otro que expulsar a la venezolana de nuestro país. ¡Ya ven qué servicio!
Es que esta gente, la venezolana y su séquito, hacen así las cosas: llegan a un país de visita, pero no se sabe a qué, y luego dicen que están allí para quedarse. ¡Ojo al dato! Y parece que su intención era entrevistarse con el comunista socio de Sánchez, elPabloManué, lo que más bien parecía una encerrona a Sánchez, porque la laDelcy quería que estuviera presente el presidente español. ¡Toda una envolvente! Pero, ahora se sabe más: la comunista y riquísima venezolana quería, en realidad, entrevistarse con Sánchez para pedirle que impidiera las investigaciones sobre las millonarias subvenciones que los comunistas españoles, es decir, los perroflautas del Gobierno de "progreso" hubieran podido recibir de Venezuela, Bolivia, Irán y Rusia.
Es que no pasa día sin que algún integrante del Gobierno de Sánchez, o el mismísimo presidente , nos den una cantada. El "caso Ábalos" sigue, y continúa insistiendo Sánchez en que se verá con el nazi xenófobo y delincuente presidente -si es que lo es- de la Generalidad. Se ha vuelto Sánchez a desdecir de un dicho: aplazamos la reunión de la "mesa de negociación, pero mejor no; la celebramos. Ello después de que el cerebricorto republicano catalán acudiera a La Moncloa, para que Sánchez claudicara, rectificara de nuevo. Pero lo hecho, fue "sin mala intención", que ahora necesita Sánchez al independentista para que lo claree.

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