Un pillo en la Historia de España

Sí, hombre, sí. Si a pillo no hay quien lo gane. Solo hay que verlo en sus salidas por televisión. ¡Y pensar que dijo que jamás pactaría con los populistas! Entiéndase comunistas podemitas. ¡Y pensar que dijo que traería al golpista elPuchi de Bruselas! Y le da más cancha en RTVE que la TV3; todavía más que a Teruel. ¡Y pensar lo que dijo que haría o que no haría jamás! Da duelo verlo. Y por lo que hace se le critica, coño, que es que quiere tomarnos a todos por tontos. Que se lo piense de sus compañeros de partido, es otra cosa.

¡Amos, que después de llegar a la presidencia del Gobierno de España por esa ridiculez de votos nos salga con estas! Que ya no es solo lo exiguo de la diferencia de votos, es de quiénes proceden esos votos y esas abstenciones que le sirvieron para ello: comunistas, independentistas, golpistas, terroristas.

Y que tenga el morro de venir a decir que la que va a ser la nueva "fiscala" General de Estado cuenta con un currículo maravilloso. Fuera parte de que ha sido la última ministra de Justicia y que ha representado al partido de laPesoé en numerosas ocasiones, Sánchez se ha olvidado de repente de que laDelgado ha tenido que ver, y mucho, en el "caso Villarejo", sin contar ya sus confesiones escabrosas en Cuba sobre sus compañeros y unas menores, que es íntima amiga del ex juez Baltasar Garzón -apartado de la carrera judicial por prevaricación- y que es la que llamaba "maricón" a su compañero de bancada, el actual ministro de los Interiores, Marlaska.

Cuando se enteró de la propuesta, no en vano se quejaba el comunista vicepresidente segundo, elPabloManué, de que Sánchez se la había vuelto a "colar", como le coló la creación de cuatro vicepresidencias, y las que te contaré melenas. Porque el podemita, y ahí está grabado, consideraba inmoral que una persona que se codeaba con el comisario Villarejo, en alusión a la nueva "fiscala", no podía mantener una cartera de Justicia, que era lo que se traía entonces entre manos laDelgado. Pero, amigo, no le queda otra que tragar, que la pela es la pela, y son muchos los euritos que andan en juego al mes; además, desde que se ha enterado el comunista que por ser vicepresidente también tiene acceso a utilizar el Falcon es que, oigan, hasta le ha cambiado el semblante.

El de Sánchez sigue siendo el mismo, el semblante. Hasta parece que desde que se siente ya presidente le ha cambiado para bien. Así puede exponer mejor públicamente sus pillerías y marrullerías. Como su intención de reunirse con el nazi xenófobo presidente -o no- de la Generalidad. ¡Está tan contento, tan ilusionado, porque se va a citar con un delincuente!

El presidente del Gobierno, como su partido en Cataluña, el de fray Bailón, lo han apoyado en su permanencia como presidente de la Generalidad. Sánchez, aseverando públicamente que el nazi es el presidente de esa comunidad autónoma española, pese a estar condenado a año y medio de inhabilitación por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, pese a avalar esa sentencia la Junta Electoral Central, pese a que la Junta Electoral Provincial de Barcelona le haya retirado la credencial como parlamentario autonómico, pese a que el Tribunal Supremo de lo Contencioso no ha paralizado nada de lo dicho anteriormente.

Solo está el nazi a un paso de que el Tribunal Supremo ratifique -o no- esa inhabilitación. Pero Sánchez no puede esperar ese paso, no. Aunque la situación fuera confusa, debería esperar a ver si se reunía con un delincuente, o no. Sea cual sea el fallo, el independentista no deja de ser un nazi, un xenófobo y un enemigo declarado de España.

Se ha apoyado el nazi en la decisión de la Mesa de su Parlamento, que lo mantiene como presidente con los votos de los independentistas, comunistas y los socialistas de Sánchez. Estos, a su vez, se apoyan en el dictamen del cuerpo jurídico del Parlamento autonómico, para quien antes sí que dejaba de ser presidente el nazi con todos los dictámenes habidos; ahora, no. Y el nazi reclama respeto para los servicios jurídicos, que hoy están de su parte; cuando no, en la mayoría de las ocasiones, se los pasa por el forro.