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lunes, 13 de enero de 2020

Todo el poder en sus manos

Otro de los deseos de Sánchez hecho realidad: la nueva "fiscala" General del Estado será la exministra de Justicia, Dolores Delgado. Se lo tenía reservado el pollo. Ya lo anunció durante la campaña electoral, que la Fiscalía General del Estado dependía del Gobierno. Si la dependencia no lo era entonces sí que constituía uno de sus objetivos: además de controlar la Abogacía del Estado, atar de pies y manos a la Fiscalía. No para en barras este hombre. Lo quiere controlar todo, pasando por donde haya que pasar y encima de lo que haya que pasar.
Le da igual a Sánchez, con tal de salirse con la suya. Afirmaba en su discurso de Investidura que había que desjudicializar la política, pero él va a tope, a politizar la Justicia. Quiere acabar con la independencia de uno de los tres poderes del Estado. Y por algo se empieza. La elección de la exministra de Justicia para hacerse con el manejo y control de los fiscales es una pura indecencia política, que ha sentado como una patada en dicha sea la parte en el cuerpo de los profesionales de la Fiscalía. La salida del actual Fiscal-jefe, José María Segarra, era la crónica de una destitución anunciada.
No obstante, resultaba impensable que fuera sustituido por laLola, exministra de la Justicia. Meter en la judicatura a laLola es como colocar a la zorra en el gallinero, que no es otra, en este caso, que el exjuez Baltasar Garzón, inhabilitado por el Consejo General el Poder Judicial, por prevaricación, tras las escuchas telefónicas ilegales en el "caso Gurtel". A la próxima jefa de la Fiscalía y al exjuez Garzón les une una gran amistad y orientación ideológica. Sánchez controlará la Fiscalía a través de estos dos amigos, máxime cuando los fiscales tienen una dependencia jerárquica de sus superiores. Es decir, y más claro agua: Sánchez hará de la Fiscalía como de su capa, un sayo. Sin tapujos. Sin pudor. Como él lo hace todo. Como hará cuando llegue a ser Rey.
Son muchas las cosas y casos que se van a dilucidar en los tribunales, y qué mejor que tener a la Fiscalía de su parte o, al menos, controlada. Pero, no. Sánchez justifica el nombramiento de la exministra por "su prestigio y solvencia" demostrado como "fiscala" en la Audiencia Nacional, obviando su papel en el "caso Villarejo" o por negarse a defender de los golpistas al juez Llarena -instructor de la causa del Golpe de Estado de los delincuentes catalanes- o por poner la Abogacía del Estado a disposición de los golpistas en el juicio tras el que fueron condenados a penas de cárcel. En esta cuestión conviene recordar que la Abogacía del Estado rebajó la acusación de rebelión contra los golpistas por la de sedición.
En estas estamos, en que son varias las decisiones que se han de tomar todavía sobre los golpistas, en especial contra elPuchi, Comín y Yunqueras. Y ahí tendrán que tomar parte la Abogacía del Estado y la Fiscalía General del Estado. Solo le hace falta a Sánchez -antes de ser Rey- hacerse con el control del Consejo General del Poder Judicial. Todo le resultaría más fácil al de laPesoé, al presidente de un Gobierno "progre" de Coalición. Las puertas se le abrirían con el más mínimo esfuerzo, sería como manejar a su propia voluntad el "tres en uno". Le sería mucho más fácil aplicar, con el respaldo de la "Justicia", el indulto a los golpistas catalanes o concederles una amnistía. 

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