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domingo, 5 de enero de 2020

El pisoteo impune a nuestros muertos y al Rey

Precisamente hoy, es decir que hoy precisamente, los bolivarianos, los chavistas de Chávez y Maduro, del régimen comunista de Venezuela, se han hecho con el control del Parlamento de ese país, de la Asamblea Nacional venezolana. Hasta ahora, la controlaba, hasta donde podía, la oposición, y era su presidente Juan Guaidó. La toma de la Asamblea ha sido muy curiosa: sin quórum y sin la presencia de los diputados opositores -que eran mayoría-, a los que han impedido la entrada los militares de Maduro. Éste se hace con la presidencia de esta institución venezolana para el último año de legislatura, por obra y gracia de las armas.
Clara lo llevan los de allí. Aquí, Sánchez ya tiene perfilado su futuro Gobierno, en el que entrarán a formar parte, como mínimo, cinco comunistas chavistas: el podemita jefe, elPabloManué, como vicepresidente segundo; Alberto Garzón, como ministro de Consumo -para las competencias del Juego-; Yolanda Díez, como ministra de Trabajo; Irene Montero, como ministra de Igualdad; y Manuel Castell, como ministro de Universidades.
Ahí tienen el plantel, la "pandi" al completo, que no es moco de pavo. ElPabloManué no necesita ya credenciales, y se augura como el próximo presidente del Gobierno en la sombra, que quitará el sueño al de laPesoé. A Garzón tampoco le hace falta mayor presentación, es la figura del inútil viviente, pero pillo, pillo. En cuanto se supo ministrable borró todo de su tuiter, en especial un tuit en el que se jactaba y aseguraba que "el único país con un modelo de consumo sostenible es Cuba". La futura ministra de Trabajo, laDíez, es muy amiga de Iglesias, de la confluencia Galicia en Común. Todo dicho. LaMontera, de sobra conocida, es la compañera sentimental de Iglesias, lo que constituye todos sus méritos. Y el sociólogo Castell destaca por ser el creador de "falsas noticias" (fake news) sobre Alberto Rivera, exlíder de Ciudadanos.
Estos, la tropa, si no son luego más, se sentarán en el Banco Azul del Congreso de los Diputados y en el Consejo de Ministros, desde donde se maneja el Boletín Oficial del Estado (BOE), si algún parlamentario "valiente" de laPesoé no lo impide. Y juntos con Sánchez, y los socios nacionalistas, independentistas y etarras, decidirán con su exigua mayoría el futuro de España, que se vislumbra muy oscuro. 
Sánchez necesitará de esos sus socios para sacar adelante la Legislatura y sacar adelante las leyes de un Parlamento, que, como el bolivariano de Venezuela, será, sin duda, el Parlamento del Horror, como se ha podido comprobar durante la fallida sesión de Investidura de Sánchez como presidente del Gobierno de España. No salió investido por un voto; el martes, lo investirán por tan solo dos. Y luego criticaban los socialistas y socios que la inhabilitación del nazi xenófobo de la Generalidad lo había sido por un voto en la Junta Electoral Central (JEC). Por cierto ni el delincuente Torra ha obedecido a la JEC, ni el Gobierno de Sánchez -aunque esté en interinidad- le ha hecho cumplir la Ley.
¡Lo que nos faltará por ver! Sánchez, en esta primera sesión de Investidura, ni ha sabido defender al Rey, ni a los españoles que asesinó ETA, ni a la democracia, ni a los españoles, ni a España entera. Ha permitido las ignominias, los insultos de los asesinos etarras al Jefe del Estado y a las instituciones democráticas. Se ha quedado impertérrito ante la nauseabunda intervención de la terrorista de Bildu, cuyo grupo se ha abstenido y lo hará el martes en la votación de Investidura, abstención que le servirá a Sánchez para salir elegido presidente del Gobierno de España. ¡Y lo que nos faltará por ver!
La desvergüenza se ha apoderado del lugar "sacrosanto" de la democracia, elParlamento, el Congreso de los Diputados. Mientras la etarra -que ha estado en prisión un año por apología del terrorismo- blanqueaba al pistolero Otejjji, insultaba al Rey, se cagaba en nuestros muertos y en nuestras instituciones democráticas, la socialista catalana y presidenta del Congreso pedía silencio y respeto a los parlamentarios que protestaban por los insultos proferidos por la etarra. LaMaricheli, desconoce el Reglamento interno de funcionamiento de la Institución, y lo que tenía que haber hecho era quitarle la palabra a la etarra y, si fuera el caso, expulsarla del Hemiciclo.
Pero, y más grave todavía, la socialista presidenta de la Cámara Baja y tercera personalidad del Estado, quizá conociera a la perfección el Reglamento y no lo aplicó. Justificaba los exabruptos de la etarra en que eran "libertad de expresión". ¡Laparió! En cualquier caso, desde ese mismo momento, la Cámara Baja de convirtió en la Cámara de los Horrores, que nos espera de aquí en adelante.

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