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miércoles, 8 de enero de 2020

La ambición oculta de Sánchez, que el Rey conoce

Así es, en efecto, como le decía el Rey a Sánchez, al de laPesoé, "el dolor viene después". Y no lo sabe bien, o sí, Su Majestad. Por de pronto, el socialista le respondió que "le hemos dado muchas preocupaciones". En efecto, sí. Lo peor vendrá después, que es ya. Le urge mucho a Sánchez lo de la "mesa de diálogo" con los golpistas. Llamará, ahora sí, por teléfono, al nazi xenófobo presidente de la Generalidad catalana, cosa que no ha hecho con elpepero Pablo Casado, que llamó al socialista la noche electoral y ni se le puso entonces al "celular", ni lo llamó él después. Fue él como si te he visto no me acuerdo. Y que te follen.
Prefiere Sánchez, una vez prometido el cargo ante el Rey y la Constitución, seguir contentando a los golpistas catalanes, como no puede ser de otra manera, de cara a los Presupuestos. Será a partir de ahora, y a medida que el de laPesoé vaya cediendo, cuando nos podamos enterar realmente de lo que ha pactado con los catalanes golpistas. Porque hasta el momento, nada en concreto se nos ha dicho. Falta por ver la letra pequeña del acuerdo, que puede ser como para echarse a temblar. El presidente del Gobierno de España continúa en su cerrazón con la información. Es que tampoco sabemos de manera fehaciente lo que ha pactado con los independentistas de laPeneUve -los que siempre traicionan- y los terroristas de la banda asesina etarra.
Menos aún conocemos del pacto de Gobierno de coalición "progresista" con los comunistas de elPabloManué. Aunque de las actuaciones de unos y otros se desprende que algo no anda bien. No se fían los unos de los otros. Han tenido que firmar un acuerdo para el desarrollo del Gobierno, porque se miran de reojo. Y de ese pacto tenemos conocimiento porque lo han filtrado, ya que ningún medio de comunicación ha podido asistir al momento de plasmar las rúbricas en el papel que recoge los acuerdos de la desconfianza.
Hombre, algo de eso se dejaba entrever, cuando el socialista ha prometido su cargo sin haber dado a conocer oficialmente los integrantes del Consejo de Ministros, es decir los ministrables. Eso, a todas luces es la exteriorización del cabreo de Sánchez por el hecho de que los podemitas bolivarianos dieran a conocer los ministerios que iban a ocupar y por quiénes. Eso no le sentó bien a Sánchez, quien ha optado por retrasar el anuncio de la composición del Gobierno de coalición. Ya se inicia el después, al que se refería Felipe VI. De hecho, el podemita ya se ha apresurado a conceder entrevistas -a El Gran Guayomin y a otro medio de izquierdas-, adelantando proyectos e ideas que, quizá piensa Sánchez le correspondería a él explicar en el momento que considerase más conveniente, que para eso preside el Consejo de Ministros.
Pero, ya lo decíamos en otras ocasiones, el comunista vicepresidente y su compañera y madre de sus hijos, que también será ministra, tiene los ojos puestos en La Moncloa, lugar más amplio y espacioso que el casoplón de la sierra, en Galapagar. Tiene de todo, más a lo grande, donde los niños se criarán también estupendamente. A Sánchez la ambición personal del podemita no le inquieta, porque se le queda corto: cuando el Rey le espetó que lo peor del parto, lo doloroso, vendría después, Sánchez, que es un pillo, se decía para sus adentros y no sabéis bien Majestad lo que os espera, porque aunque sí le dijo al Rey que le había dado "muchas preocupaciones" no le expresó "y lo que os espera Majestad". Pero, el Rey, que es muy listo, se lo leyó en la frente.

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