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miércoles, 5 de febrero de 2020

Las bromas de Garzón con el dinero público


El campo se ha echado a la calle; bueno, el campo, no, los agricultores, y las agricultoras también. ¡O es que hay que colocar la arroba! Si el otro día ya les dieron bien la badana, pero bien, en el día de la fecha los políticos les han dado por sus partes. Solo quieren los agricultores un poquito más de lo que a ellos les cuesta producir los productos agrarios. Solo eso. Pero, ya ven, el presidente del Gobierno de España, en persona, ya les ha dado la solución, más bien les ha encontrado un culpable de todos sus males.
Ahí están, mírenlos, los culpables: los grandes almacenes, los supermercados, las grandes superficies. Sánchez ha encendido el ventilador, que la temperatura ha subido en demasía, y ha esparcido toda la mierda por todo el país. Y ya está. Que los agricultores les pidan cuentas a ellos y que dejen en paz al Gobierno, que anda Sánchez muy agobiado con la preparación de la reunión que mantendrá con el falso presidente de la generalidad de catalana, el nazi xenófobo, el usurpador de funciones que no le corresponden: está inhabilitado.
Pero amigo, los hombres del campo de hoy no son como los de antes. Ahora saben y entienden de letras y de números. ¡Anda que no saben! Como para que venga ahora a torearlos el "bordelino" secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), al que se le supone de ideología, si no socialista, al menos social. Está muy agustito montado en la "burra" del dólar el ugetista, como para preocuparse del campo. Bastante se ha interesado ya él en conocer a fondo los problemas rurales y campestres; hasta ha concluido que los melones se dan muy bien en los árboles llamados, lógicamente, meloneros. Eso no se aprende así como así. Hay que mancharse las botas de mucho barro, durante mucho tiempo. Así es él: Pepe Álvarez, más inquieto por llevarse bien con los independentistas, que por defender a los hombres del campo, a los que desprecia e insulta.
Pena, penita, pena que no nombraran al comunista Garzón ministro del agro. Al menos, de lo malo malo, se habrían reído un rato, por no llorar. Ya saben, al ministro de Consumo, que no va mucho más allá mentalmente que el ugetista Pepe Álvarez, no se le ocurre otra cosa que inaugurar la página de tuiter de su ministerio con un gif del famoso personaje infantil  Bob Esponja, saliendo sin salir y entrando sin entrar en la  piña en la que vive. ¡Qué divertido! Hombre, mal no hace a nadie, pero destinar el dinero público para inaugurar su tuit de una manera tan gilipollas, mucho sentido no tiene. La verdad.
Pero no termina ahí la cosa. Es que el siguiente tuit desde el ministerio del comunista Garzón trataba de hacer creer a los ciudadanos que habían abierto una página de esas de ligar -¡Santo Dios!-, acompañando el mensaje con otro gif, otro más, de un tal Barney Stinson, el de la serie televisiva Cómo conocí a vuestra madre. El personal esperaba para esta tarde un gif, o más, de los Simpson. ¡Hombre, ya de puestos! Mucho más no se puede esperar de quien pone a Cuba como el mejor ejemplo del bienestar y del bien comer en el mundo.
La sorpresa se la han llevado los medios de comunicación, cuando se han enterado de que Garzón pretende prohibir los anuncios de publicidad de las casas de apuestas en horas de máxima audiencia y audiencia infantil. Solo los va a permitir de madrugada. ¡Eso también puede suponer una ruina para muchos medios de comunicación! Pero, como este hombre es así, no se puede esperar otra cosa. Ni tan siquiera una programación racionalizada, con cabeza. Pero, ya digo, de donde no hay no se puede sacar. Que continúe la risa.

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