Cada día que pasa, Sánchez, sí, el presidente del Gobierno de España, la va cagando un poquito más. Ya le comenzó la diarrea cuando recientemente acusó a los supermercados y a las grandes superficies de ser los culpables de todos los males de los agricultores. ¡Que menudo están los empresarios de la distribución! Se piensa Sánchez que los productos del campo llegan a sus establecimientos así porque sí.
Encima, sus socios de Gobierno de "progreso", los comunistas podemitas de elPabloManué, van y la pifian asegurando que un kilo de tomates llega a costar al cliente entre cinco y seis euros.
Con razón se mofan los agricultores, con la sorna tan asombrosa de los hombres del campo. Y se preguntan si los podemitas compran los tomates en una joyería, o similar. Porque vamos, ni cuesta eso un kilo de tomates, ni son las empresas de distribución las culpables del "maleto" agrícola. Las distribuidoras, si acaso, son fuentes de generación de empleo, de casi tres millones de puestos de trabajo. Así que miren si la caga el presidente Sánchez, por más que pretenda echarle el marrón con su ventilador a los demás. Antes se diría quitarse el problema de encima. Pero eso es así, es querer echar la mierda a los demás.
Oigan, que es que el hombre, Sánchez, no tiene culpa de nada. Es el hombre perfecto, para la mujer perfecta, la su Begoñita. A ver si se anima Casado, hombre, y deja de amagar y comienza a dar, que ganas tenemos de que comience a ser oposición. Es que dice Casado, el líder de laPepé, que va a denunciar a Sánchez como siga por ese derrotero con los independentistas, que no se atreve a llamar golpistas, que lo son.
En su reunión de hoy con el delincuente Torra -que está usurpando funciones-, el nazi xenófobo, Sánchez ha comenzado a ceder cosas a los independentistas-golpistas y a prometer otras en detrimento de las demás comunidades autónomas. Porque eso es Cataluña, una comunidad autónoma más, dentro del territorio español. Pues ya ven, además de acordar una reunión este mismo mes de la "mesa de diálogo", cuya primera sesión presidirán el de laPesoé y el nazi, este ha recibido ha Sánchez con honores de jefe de Estado, de un Estado extranjero, debajo de la pancarta de los delincuentes presos -la que le ha costado la inhabilitación- y hasta su jefe de Gabinete, el de Sánchez, casi llega a hacer una genuflexión al saludar al xenófobo, que es un delincuente, y Sánchez lo sabe, y a eso se le llama prevaricación, y hasta traición.
Y el de la Generalidad sigue en sus trece: una mesa de negociación donde se hable de autodeterminación, amnistía para los delincuentes golpistas y la presencia de un relator. Como si la "mesa de diálogo" se tratara de una negociación entre dos estados. Pero, lo más gordo: el nazi ha dado a entender que Sánchez no estaba del todo de acuerdo con la autodeterminación de ese territorio español, pero que lo veía un problema muy delicado. ¡Manda huevos! ¡Cómo la caga Sánchez!
Tan feliz y contento Sánchez: ha viajado a Cataluña, primero, en helicóptero -que yo lo vi partir de La Moncloa- y en el Falcon después, y ahí se las den todas. Y miren que ya se conocía la nueva versión de la visita de laDency, la número dos venezolana. Así de sencillo: cuando el ministro Ábalos -que debía estar hecho un flan en Barajas en la noche del veinte-, hablando con la "dulce Delcy en la sala vip de la Terminal-1-, éste llamó al teléfono directo de Sánchez. Sánchez descolgó y habló con la venezolana. Ella, a lo que se sabe, le exigió que no recibiera a Guaidó -como así fue-, le pidió explicaciones sobre la presencia de López en la casa del embajador español en Venezuela y lo amenazó con el futuro de la empresa española Repsol, ubicada en territorio venezolano. La dulce señora, ejem, amenazó al presidente español, mientras pisaba territorio español. La comunista venezolana amenazó a España. Ya veremos las consecuencias, además, para nuestro país. La Unión Europea racanea para pedir aclaraciones a España -porque allí anda influyendo el socialista y exministro Borrell-, pero los EE.UU ya están pidiendo explicaciones por la visita de laDelcy. De nuevo Sánchez la ha vuelto a cagar. Aunque niega esta última versión, el "caso Ábalos" le da de lleno; ya nadie lo cree.
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