Contención reforzada

En efecto, lunes negro en España. Aunque así se suelen definir los días con las bajadas estrepitosas en la Bolsa. Además de la Bolsa, que situó el Ibex 35 en una bajada de casi el ocho por ciento, próxima a la del día del Brexit, ha sido negro, principalmente, porque en menos de veinticuatro horas se duplicó el número de contagiados por el coronavirus e, igualmente, se duplicó el número de fallecidos en Madrid, mientras que los contagiados en todo el país superan los mil doscientos y más de una treintena de personas han fallecido.

Y a todo esto, el Gobierno Sánchez sin tomar medida alguna hasta esta tarde-noche, pese a ir viendo lo que se cocía en Italia. Aquí todo era contención y contención, pero cuando no se puede es que no se puede, y hay que reconocerlo. Sánchez ha sido soberbio hasta para combatir al coronavirus y el coronavirus lo ha derrotado. Hasta se permitió la manifestación del 8M, cuando ya se celebraban acontecimientos deportivos a puerta cerrada. Ahora, que tampoco estuvo muy hábil el voxero Abascal, que se dejó elegir de nuevo en Vistalegre, cuando podía haber aplazado para más adelante su asamblea multitudinaria.

Ahora el Gobierno reconoce que el panorama ha cambiado y que se pasa a la "contención reforzada", nos aconseja el teletrabajo y anuncia que habrá nueva medidas, pero para mañana. Los que sí han anunciado medidas efectivas son los gobiernos de las provincias vascas y de la Comunidad de Madrid. Urcuyu ha suspendido las clases en todos los centros formativos de Vitoria y La Bastida, mientras que la presidenta de Madrid, la pepera Ayuso, ha anunciado la suspensión de todas las actividades escolares desde las guarderías a las universidades de esta comunidad autónoma a partir del miércoles.

Así que todos a la espera del desaparecido presidente del Gobierno, Sánchez, que se está moviendo en esta grave crisis como un verdadero fantasma: aparece y desparece en los lugares, pero ni comenta ni se pronuncia. Solo sabemos que habrá -como no puede ser de otra manera- más medidas gubernamentales, al parecer, consensuadas con empresarios y sindicatos. Falta hace, y de manera urgente. Y que dé gracias a que la oposición está medio dormida y no se ha disparado como lo hizo él contra Rajoy por la crisis del ébola en 2014: "esto es una vergüenza, un desgobierno". Así se expresaba entonces el ahora elPresiSánchez por el tratamiento del ébola por parte del Gobierno pepero. El ébola causó tres muertes y contagió a algo más de una treintena de personas. Además de medidas económicas y sociales, es de esperar que el Gobierno adopte medidas, teniendo como ejemplo a Italia, que lleven al sosiego a la sociedad, que comienza a inquietarse, y con razón, viendo con estupor cómo el coronavirus se extendía sin que el Gobierno hiciera la más mínima señal, excepto la ministra de Trabajo, la comunista, que, con sus declaraciones, sembró el caos y la inquietud en todo el Estado. En otro país la podemita tendría que haber dimitido o, en su caso, ser cesada por el jefe del Ejecutivo, pero éste a parte de desaparecido, parece que le tiene miedo a su socio, el comunista elPabloManué.