El cowboy "acomplejao" prepara su venganza

¡Joér, tío, es que da asco! Este tipejo, aunque llegue a presidente de Gobierno de España, no se podrá quitar de encima el trauma que arrastra de "acomplejao". Es un "acomplejao" el comunista podemita elPabloManué. Es aquel que cada noche se conjura para acabar con la casta, pero no por convicción ideológica, sino por pura envidia, y eso que nunca le faltó la panoja. Pero, nunca tampoco tuvo clase ni estilo. Eso es lo que lo corroe por dentro, lo que lo carcome. A lo que más ha llegado ha sido a cowboy. Esperemos que nunca llegue a sacar las pistolas, porque amenazar e insultar ya lo ha hecho, sin clase, claro.

Presume de haber llegado al Gobierno, lo que es como una amenaza para "sus amigos de las cloacas". Aquí os espero, significa el mensaje contra los periodistas que no le bailan el agua, o sea los que no son paniaguados, ni pesebreros. A estos se los quiere cepillar. Bueno, se quiere cargar, a la tremenda, que en eso no ha disimulado nunca, todos los medios de comunicación privados. Solo quiere medios oficiales, a los que ordenar desde el Gobierno, ahora que Sánchez lo ha  llegado hasta allí. ¡Jejé!

Y ha llegado para quedarse. Ya puede tener cuidado elPresiSánchez. Su ViceDos lo traicionará en cuanto le sea posible, como, igualmente, hará Sánchez con su socio comunista, al que sus asesores están tratando de quemar para que el propio Sánchez encienda el chisquero. De todas formas, el planteamiento que acaba de hacer público el comunista es muy grave: va a por los medios de comunicación que no lo apoyan y a por sus periodistas. Esto se ha convertido para él en una obsesión, en su mayor prioridad. Y esto tendría que convertirse en una prioridad, algo de primer orden, para las asociaciones de la prensa y empresarios periodísticos. A ver si es verdad.

También elPabloManué, intruso comunista en los servicios secretos, en el CNI, quiere purgar a todos aquellos agentes que no le gustan. Le gusta muy poca gente. Es lo normal en los "acomplejaos". Para el cowboy "nuestra democracia -la suya- será mejor cuando los responsables políticos, los policiales y los mediáticos de las cloacas estén en la cárcel, que es donde tienen que estar". Por supuesto, el comunista no es partidario de que estén en la cárcel los golpistas catalanes, ni los asesinos etarras. Esos, no. Esos son santos de su devoción.

Tampoco condena el comunista la agresión sufrida por el presidente reconocido de Venezuela, Guaídó, al que Maduro ha intentado asesinar en plena calle, a tiros. Pero, se joroba el comunista, que se ha salvado. Por supuesto no condena los regímenes bolivarianos, ni la dictadura iraní, ni la del ruso Putin. A todos ellos tiene mucho que agradecerles, por supuesto.

Es un caso sociológico y psicológico este hombre. Es el que se encabronaba con la casta, de la que ahora forma parte: dos sueldos de ministros entran en su casa todos los meses. Y su casa no son cien metros cuadrados. Vive en la zona privilegiada de Galapagar, en plena sierra madrileña, en un casoplón de seiscientos mil euros. Esa es la razón por la que ahora pretende -y conseguirá- que los sueldos de los políticos de su partido ya no tengan la cortapisa de fijar el máximo en tres veces el Salario Mínimo Interprofesional, a la vez que pretende que el mandato de secretario general de su partido pueda llegar a los doce años de duración.

Ahí lo tienen, báilenlo. Como ha nombrado a dedo a más de la mitad de las ejecutivas provinciales de su partido, no tendrá problema en aprobar sus pretensiones. No tiene rival, porque los ha echado a todos. Eso sí, se acuerda mucho de su barrio de Vallecas y hecha de menos al vecindario. Pero, Galapagar es Galapagar. Solo cuando le hayan tirado la cruz del Valle de los Caídos habrá  concluido su cuadratura del círculo.