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lunes, 16 de marzo de 2020

La maldición de Ponsatí

Ahora se meterá la sinvergüenza Ponsatí la muy por donde le quepa. Ahí tiene a su presidente autonómico, el nazi xenófobo, y a su vicepresidente. Los dos contaminados de coronavirus. También les puede desear un viaje de Barcelona al cielo. Es laPonsatí una mujer miserable, impresentable y vil, además de delincuente, claro. Pero, que sepa la indecente que aquí, en esta guerra, no hay buenos y malos, sino que al que le toca le toca; ella misma no está libre de resultar contagiada, ni el que retuiteó su tuit, el también delincuente elPuchi, ni todos los que se alegraron de la macabra ocurrencia, de una asesina en potencia.
Así que aquí seguimos, muchos, como espectadores mudos, confinados los que podemos, a verlas venir y a que Simón -ya saben, que un pueblo era el único que había- nos cuente lo que mejor le venga en gana, porque ya nadie lo cree. Al principio caía hasta simpático, con esa su voz entre medio afónica y rasgada, cuando nos decía que no había que darle mayor importancia al coronavirus, que aquí no se iban a dar una exageración de casos, de contagiados.
¡Joér, pues si Simón se descuida un poco más nos caen todos los del mundo! Nos presentaba una España poco menos que con chaleco salvavidas, donde no penetraban las balas. Simón era el único, la voz científica del Gobierno, el que lo aconsejaba y el que nos lo transmitía. Y ahí sigue, una veces con su jersey y otras con la chaqueta, eso sí ambos de lana, que presta mucho y da un aire más progre. Vale, está en su papel, pero ya va oliendo a "quemao". Escuchamos más y creemos más al hombre del tiempo que a Simón.
Ahora a ver si se deciden los del Gobierno, se coordinan y se ponen de acuerdo en el aspecto económico para dotar las necesidades sanitarias, que penita pena daba ver al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, el ciudadano Igea, pedir a la ciudadanía su colaboración en ceder a los hospitales todos los enseres que pudieran tener disponibles para que no se contaminen los sanitarios.
Francia, en este aspecto, va por delante. Ya ha anunciado su presidente, Macrom, que nadie se va a quedar sin dinero, rebaja impuestos y es muy posible que no se cobre ni la luz, ni el gas, ni el agua hasta ver. Este aspecto económico, sin embargo, tiene a los españoles en vilo y desazonados. Y al Gobierno dividido. Ya no es los socialistas por un lado y los podemitas comunistas por otro. El Gobierno está roto, entre los que apoyan a elPabloManué y los que siguen a Sánchez. Los primeros le exigen al presidente unas medidas económicas radicalmente sociales, mientras que Sánchez parece resistirse. Como estela no le vendría mal seguir la del francés Macrom, que ya ha anunciado unas medidas tranquilizadoras para los franceses. ¡A ver si espabila Sánchez, que es para hoy! Y menos "Este virus LoParamosUnidos". Es una etiqueta barriobajera, aprovechando para hacer política de una desgracia. Mejor se ocupan de lo que deben y dejan de ser unos miserables.
No porque estemos en plena guerra hay que olvidarse de la que estalló también ayer. La guerra de La Zarzuela. El enfrentamiento total ente reyes, padre e hijo. El Rey y el Rey emérito. Aquí también que cada cual aguante su vela. Que se depure todo lo que haya que depurar. Pero no hay que olvidarse tampoco de depurar al expresidente catalán, Pujjjol, y toda su familia. Es muy probable que las comisiones del 3% y otras más que no se conocen superen con creces los millones que pueda tener guardados en Suiza el Rey emérito. Los Pujjjoles, la banda criminal, los tienen en Andorra.




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