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domingo, 29 de marzo de 2020

Sánchez busca salir indemne

Sí, si. Ya se lo veíamos venir. En cuanto que Sánchez comenzó a escudarse en la Unión Europea, era evidente que comenzaba la campaña de laPesoé para prepararse la salida, en particular de su secretario  general, que es él. Paralelamente, laPesoé de Madrid, siguiendo la estrategia, culpa a la presidenta de esta comunidad, la pepera Ayuso, de ser culpable del fallecimiento de los ancianos en las residencias. Nada más y nada menos que de la muerte de más de mil de nuestros mayores. ¡Joér, no se paran en barras los socialista de la capital del Reino!
Que digo yo que del resto de los miles de muertos quién será el culpable. O, acaso, puede ser que laPesoé culpe a cada uno de los dirigentes autonómicos -así va repartiendo responsabilidades, que mal de muchos, pues eso- y, si necesario fuera, al Ejército, que para eso está; para servir por Dios, por la Patria y el Rey y el presidente del Gobierno y su socio el comunista podemita.
Así, pues, queda cubierta la parte política en su salida, que no quiere decir que se vaya a marchar. No obstante, ya lo dicen y reiteran los ministros en sus aburridas y tediosas apariciones. Que quede atada y bien atada la responsabilidad en los equipos científicos y técnicos. Amos, que en la persona de elEnterrador, Fernando Simón, que es la cabeza y los pies del equipo científico, porque entre esos dos límites no conocemos a nadie más. Y del técnico, poco más que decir. Porque así nos va, con los unos y con los otros.
Ya lo ven, de tonto ni un pelo Sánchez. De inteligente, tampoco mucho. De pillo todo lo que quieran. Él ya se está preparando la salida de la crisis para seguir en La Moncloa, como sea. Ha mentido como un bellaco y, ahora, se dispone a hacer funcionar el ventilador. Por eso, hemos de prepararnos para futuros golpes de efecto de blanqueo, y no con cal precisamente.
A Sánchez ya no lo cree nadie, de ahí esos preparativos, para hacerse víctima creíble. Como nadie se cree ya los contenidos de las intervenciones de Simón, el de la pala en una mano y en la otra el azadón. Es el parapeto "científico" de Sánchez, que dice lo que le dicta el Gobierno; es decir, hace política desde su atril asignado en Moncloa, tratando de disfrazarla de informes científicos. Nadie lo cree, qué va a hacer a dónde irá, Simón. Fue el que dijo que en España iba a haber algún que otro contagio, pero que estaba todo preparado para evitar lo que se ha convertido en una pandemia.
Es Simón el que desde su atril -le ha cogido querencia, como los toros a las tablas- en Moncloa hace bajar la moral a todos los españoles, porque desde hace tiempo nos anuncia la próxima curva con su pico y no termina de llegar; es más al día siguiente nos comunica que hay más muertos y que las UCIs están a punto de colapsarse. ¡Miente como un bellaco también éste! Pero, digamos lo que digamos, ahí lo mantienen. Es un buen servidor de su señor, como el de La voz de su amo.
Tanto y tanto miente Simón que hasta la exministra de Sanidad y expresidenta del Congreso de los Diputados, la pepera Ana Pastor -siempre tan recatada como silenciosa- ha tenido que salirle al paso. Lo acusa Ana Pastor de mentir cuando afirma que cuando se detecta el contagio de un sanitario se realizan pruebas de detección a todo el equipo. Ahí tiene Simón un atril y las cámaras, que desmienta la acusación de Ana Pastor.
Fue Ana Pastor, precisamente, siendo Rajoy presidente, la que lo aupó al cargo que hoy ocupa. ¡Lo que hay que ver! Anda que no habrá científicos en España bien capacitados como para ocupar la dirección del Centro Nacional de Epidemiología. Allí lleva desde 2003, y no lo han cesado los socialistas. Los de laPepé, ya digo, son así. Empujan a los suyos a la cuneta, mientras se buscan a un cualquiera para ocupar cargos de esta relevancia. Ahí sigue el Simón. Ya lo ven.




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