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viernes, 20 de marzo de 2020

Y era Simón el único en el pueblo

Están en Moncloa preocupados, y mucho, por la deslealtad del nazi xenófobo de la Generalidad catalana. Porque el neandertal está dedicándose a llamar a los medios de comunicación extranjeros y poniendo a parir  a Sánchez y su Gobierno por la gestión de la crisis del coronavirus. Pero, es que, a la vez, el mameluco catalán aprovecha para incidir y reivindicar la independencia catalana. Vamos, que, de nuevo, a lo suyo, que es la insolidaridad y la independencia; hasta le ha prohibido a Sánchez que sea el Ejército quien custodie las dos centrales nucleares existentes en la comunidad autónoma catalana.
¡Qué esperaba Sánchez de sus socios! Si no tenía ya preocupaciones Sánchez, van y se la plantan sus amigotes. Porque los traidores de laPeneuve no se quedan para atrás. Urcuyu ya logró impedir la entrada del Ejército Vitoria. Sánchez lo volverá a intentar de nuevo "invadiendo" el aeropuerto de Bilbao. Ya veremos el resultado
El comunista podemita elPabloManué, por su parte, demostró ayer de manera patente, y desde el mismísimo palacio de La Moncloa, que se saltaba la cuarentena porque le salía de la entrepierna, que el cawboy la mantiene permanentemente abierta, y nadie se atrevió a detenerlo. Su finalidad no era otra que quedar demostrado ante el personal que a él no lo relegaba nadie en esta crisis y que quiere y anima desde La Moncloa a destronar al Rey. Si por él fuera implantaría ya el régimen de Maduro en España.
Y Sánchez, a todo esto, calla, asiente y consiente. Todavía está pendiente su respuesta reivindicando y defendiendo al Rey Felipe VI, ante el canalla comunista, que alentó y promocionó la cacerolada -por cierto, un fracaso total- contra el Monarca. Como promocionó las manifestaciones del 8M, de nefastas consecuencias, de las que ahora ni abre la boca la comunista y feminista Cristina Almeida.
Todo esto no se puede consentir. Sánchez tiene que reaccionar. No puede permitir las chorizadas del delincuente catalán y si el Ejército tiene que velar por la seguridad y la integridad de las centrales nucleares, el Ejército va y se planta allí. Pero, tampoco puede permitir la ofensiva propagandística exterior de ese lunático catalufo. Dispone Sánchez de todo un Estado para aplastarlo en la diplomacia y, si fuera necesario, el poder del Estado para imponerle la sumisión y la obediencia, incluso con el 155. Otro tanto es aplicable y extensible a las provincias vascas.
Estamos en un Estado de Alarma, y parece como que esto no va con los independentistas, quizá porque nadie los ha enterado de una vez por todas. También parece que poco se ha enterado la oposición liderada por Pablo Casado. LaPepé continúa sin exigirle a Sánchez que se deshaga de los comunistas en el Gobierno "progresista" de Coalición y que dé cabida y participación a otros partidos, en estos momentos de crisis, en estos momentos de guerra.
Pero ni el uno lo exige -con lo cual se entera de las noticias por los periódicos-, ni el otro lo ofrece. La nación se lo demandará a ambos. Sánchez, sin embargo, sí da entrada en tiempos de crisis al ya infumable y mentiroso Simón -que en un pueblo solo había uno-, que todavía no ha dado a conocer un solo nombre de las personas que "integran su equipo" y, para más coña, viene a justificar que el comunista del Gobierno se salte la cuarentena, cuando su presencia no es necesaria en La Moncloa, y, si lo fuera, lo puede suplir de forma telemática. Simón, Simón era el único en el pueblo. 

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