Con cara dura y a lo loco

Sánchez decía en su nuevo "Aló Presidente" de lunes tarde que en esto de la pandemia "entramos todos y todos juntos saldremos". Una vez más, se equivoca Sánchez. Eso sí, no necesita a nadie que lo blanquee. En esto nos metió él y su asesor elEnterrador Simón, y saldremos -pues, claro que sí, antes o después, que no hay mal que cien años dure-, pero sin la compañía de por lo menos más de treinta y cinco mil compatriotas muertos y cientos de miles de contagiados. Su ineptitud, su ineficacia y las del grupo de científicos y técnicos -si es que ese grupo existe- nos han llevado a un país en quiebra moral -es exagerado el número de personas fallecidas- y en quiebra económica.

Tiene la desfachatez Sánchez de salir a contarnos milongas, de nuevo, en la televisión. Para decir lo que dijo sobre el desenjaule. Si le hubiera pasado una chuleta a un ujier de Palacio, quizá este nos lo hubiera explicado mejor. A tenor de lo visto, como no nos lo aclaren los digitales y los de papel, ni nos enteramos. A ver que nos cuentan en el BOE, si es que esto es de Boletín. Porque, si no, expuesta y manifiestamente quedan la improvisación y la confusión.

Porque, oigan, lo que más claro nos quedó a todos es que el lunes cuatro de mayo comienza el desenjaule. Podrán salir los niños -como ya lo viene haciendo desde el domingo-, los padres de los niños, los dueños de los perros -como ya vienen haciendo antes que los niños- las unidades familiares, los que ya salen a trabajar y los deportistas. ¡Entonces, quién coño queda en las casas! Porque, oigan, si uno no es unidad familiar, ni tiene perro, ni niño -León Felipe decía que no tenía ni pueblo-, pues se hace uno deportista, que aunque no se tenga chándal se podrá salir en pijama, que cada uno hará el deporte como quiera o le venga en gana. ¡Digo yo!

Bueno, que, igualmente, digo yo, nos iremos aclarando, con el paso del tiempo. Porque, como sea por las explicaciones que nos dio Sánchez, "apañaos" estamos. Y eso que es doctor, que se supone una persona docta, pero con lo de que la tesis estaba "desviada", pues, eso, las consecuencias son más que palpables. Como le sucede al ministro de Sanidad, el catalán Illa -que pasaba por allí, y le encargaron dirigir las acciones contra la pandemia-, que dicen que es filósofo, mientras otros afirman que algunos estudios de filosofía hizo, pero de ahí a filósofo hay un trecho. Lo que sí es seguro es que ni es médico ni repajolera idea tiene de lo que es la medicina y la profesión médica.

Pero, no desaprovechó el "jodío" Sánchez la ocasión -que era lo que se proponía- de hacer política barriobajera, una vez más, pidiendo, como siempre la unidad y la colaboración a la oposición, sin nada a cambio; es más, tratando de hacerse pasar por el bueno de la peli, ofreciendo colaboración en las autonomías donde no gobierna su partido, cuando él no ha tendido la mano a nadie -excepto al comunista, que le ha cogido el brazo, el hombro y por el cuello- durante toda la crisis y de lo que ha dado en llamar la reestructuración económica no sabe nadie todavía en qué consiste.

Tampoco se dio por aludido -mintiendo como un bellaco, ocultando la verdad- cuando la OCDE le ha dicho que los datos que les ha enviado  Sánchez sobre los test realizados en España están falsificados. Pues, oigan, hoy continuaba el tío asegurando en su "Aló" que nuestro país figuraba entre los ocho primeros a nivel mundial. La OCDE se lo ha dejado bien claro: que miente -le crecían las narices a Sánchez mientras afirmaba lo contrario-, que son datos manipulados, que a España le corresponde el número diecisiete a nivel mundial. ¡La diferencia es un huevo!

Menos mal que el personal se va dando cuenta, y cada vez más, que estos del Gobierno socialcomunista mienten y mienten sobre lo mentido. No se ruborizan. A ver, a ver cómo llegamos a junio. Por de pronto, la pareja podemita del casoplón de Galapagar figuran en las encuestas recientes como los peores valorados del Gobierno -ella, "laMontera", todavía peor que él-. Solo les ganan en impopulares otros dos ministros, comunistas también. Si se pensaron que la gente es tonta, se equivocan los podemitas. España aborrece al comunismo.