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viernes, 24 de abril de 2020

En espera del tiempo del desenjaule

Es más que evidente: para estos socialcomunistas, cuanto peor, mejor. No son inteligentes, no; quizá tampoco listillos; acaso pillos o, a lo sumo, como Lázaro, el de Tormes, pero sin gracia. Ha dado orden a la Guardia Civil el ministro de los Interiores, Marlaska, de que sus expertos rastreen la red para pillar a los de los infundios y odiadores y, a la vez que el Pisuerga pasa por allí, a los que critican al Gobierno, para empurarlos, que eso es lo que más le importa. Ha promovido el ministro -que es juez, Santo Dios! la autocensura, ha querido meter en el cuerpo del personal el miedo a la Guardia Civil, lo que es más que suficiente para que el general Santiago dimita de todos sus cargos: ¡antes muerto que "sensillo"! Es un decir, por un por si acaso.
Si es que no le hace falta eso a Marlaska. No tiene que manchar e involucrar en sus chanchullos  al benemérito cuerpo. Si es que tiene sentado a su lado en el Consejo de Ministros a dos de los odiadores más profesionales de todo el país: el comunista elViceDos y su compañera del casoplón de Galapagar, ministra también.  ¡Vaya entrada de sueldo mensual en casa! Si el primero se dedicó ayer a poner a parir y a caer de un burro al Poder Judicial, porque un tribunal de Justicia condenó a una podemita por "delincuenta" -ni más ni menos que la "portavoza" comunista en la Asamblea de Madrid- nos sale hoy la otra, la excajera de supermercado y mal hablada -por su lenguaje "inclusivo", con el que no hace otra cosa que dar patadas al diccionario, demostrando su analfabetismo funcional- zahiriendo a los Cuerpos de Seguridad del Estado, en particular a la Policía Nacional, a la que pide, exige y amenaza: "deben extremar el respeto a la igualdad de trato y no discriminación y a la proporcionalidad en sus actuaciones".
Claro, dos, que, se supone, duermen juntos terminan siendo de la misma opinión. El comunista se emociona cuando ve que unos manifestantes dan de patadas a un policía nacional que se encuentra en el suelo, como para no saltar la otra, que hasta es ministra y todo, amenace y lance bulos contra la Policía Nacional. Mientras, el ministro de los Interiores, de quien depende este cuerpo se la envaina. Prefiere que la comunista vitupere a los agentes del orden público a defenderlos. Aunque, tampoco es de extrañar, viendo lo visto, cuando él ha obligado a hacer a la Guardia Civil la barbaridad de espiar a los ciudadanos. Y el general Santiago, sin dimitir, aunque solo fuera por orgullo torero. 
Pero tiene también Marlaska ante él, que lo ve, lo oye y -aunque seguramente no lo entiende- lo soporta en el Congreso de los Diputados, al odiador profesional, portavoz comunista y defraudador a Hacienda, elEchenique, el de "chúpamelamingadominga", como ven feminista como él solo. Este elemento no solo apoya a su jefe de filas, elViceDos, sino que abunda en las críticas del odio, no en las críticas de la libertad de expresión. No. Y Marlaska viéndolas pasar. Y el Gobierno entero también.
Por si eran pocos odiadores, parió la abuela. Este lo hace desde la televisión pública vasca. Un bocazas presentador de esa tele, que mantenemos entre todos, se escojonaba de los muertos habidos en Madrid por el coronavirus y, como no pierden ocasión esta gentuza, del Himno de España. Esa repugnante mofa la hizo cuando se clausuró el Palacio de Hielo de Madrid, sede provisional de una de las morgues de la Comunidad madrileña. Repugnante el tal Javier Lápiz, sí realmente de mala baba. Marlaska no tiene que enviar a sus rastreadores, los odiadores los tiene delante.
En fin, que mañana podrán salir a la calle los niños. El ministro de Sanidad, al que le importan un pito los muertos -como a Sánchez y a todo el Gobierno- continúa haciendo de trilero con el número de fallecidos. Pero, no engaña ni a la madre que lo parió. Ya veremos la que nos tienen preparada estos cuando nos llegue el desenjaule.

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