La guerra de las cifras

Esa es otra. Sí, la guerra de las cifras, de las que el Gobierno de Sánchez parece haberse olvidado. ¡Increíble! En la era de los "datos abiertos" y de los datos extensos el Gobierno, y sus asesores técnicos y científicos, se han olvidado de los datos. No sabemos a estas alturas de la vida cuántos contagiados por el coronavirus hay y ha habido en nuestro país, y lo mismo sucede con el número de fallecidos. No tenemos unas cifras reales en estos dos aspectos; sí, sin embargo, de los sanados, que ojalá fuera todavía mayor.

El Jueves Santo, porque no se le ocurrió a Sánchez otro día mejor, tendrá que informar elPresi al Congreso sobre el desarrollo de la pandemia, y pedirá a los diputados su apoyo para prorrogar el estado de Alarma. Como siempre pedirá unidad por nada. Pero, esta vez, no se lo van a poner nada fácil, aunque, al final, el apoyo de laPepé estará ahí.

Antes elPresi - a ver si se le ocurre llevar corbata negra, porque somos un país de luto- deberá tratar de convencer a los diputados de que es necesario prolongar el estado de Alarma y pedirá su apoyo. Pero, en esta ocasión, como digo, lo va a tener un poco más crudo. Acaso, quizá, elPresi presente su proyecto de lo que pretender ser la emulación de los Pactos de La Moncloa. Por ahí parece que los partidos no van a entrar si en el Gobierno siguen estando los comunistas; cada día caen peor los comunistas.

Es muy difícil que Sánchez  no presente nada de ningún pacto, ni siquiera de tender la mano, aunque no se sabe a quién. Al aire. Desde luego, y sobre todo, se tiene que llevar al Congreso la lección muy aprendida sobre el coronavirus, no solo desde que se declaró el estado de Alarma, sino desde mucho antes, desde que en enero los organismo internacionales le recomendaron que proveyese al país de material sanitario y sobre un montón de dislates que ha cometido -aunque siempre se respaldará en elEnterrador Simón- en toda la gestión de la crisis.

Pero, por él, por la ciudadanía en general y por respeto, sobre todo, con los fallecidos con los miles de fallecidos, y por respeto a sus familias, deberá despejar en el Pleno de las Cortes todas las dudas, disiparlas de una vez por todas, con las cifras reales de los damnificados, los que seguramente que cuando llegue la salida le van a exigir responsabilidades, incluso penales.

Resulta curioso, pero el ministrillo de Sanidad, el filósofo catalán, en su intervención de "el parte" de la tarde, consideró este asunto de las cifras "algo muy serio e importante, y no nos engañamos a nosotros mismos". Eso dijo, pero no dio cifra alguna, ni real ni irreal. Nos quedó como estábamos. Es decir lo mismo que el ministro de los Interiores, Marlaska, cuando le preguntaron que por qué España no hizo antes las compras de material sanitario y respondió que por qué no lo hizo Italia. Este ministro, que es juez de profesión -Dios nos coja confesados- y que ayer amenazó la libertad de expresión, afirmó que el Gobierno no tiene nada de lo que arrepentirse. O lo mismo que el ministro comunista Garzón, quien aseveró, muy convencido él, que desde que se declaró el estado de Alarma habían descendido notoriamente las apuestas deportivas.

Así nos va a los ciudadanos de este país, con ministros como estos o asesores científicos como elEnterrador Simón. Desde luego, tercera ocasión para Casado. El pepero está obligado a una "flagelación" al Gobierno en esta Semana Santa, más repleta que nunca de pasión.