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sábado, 11 de abril de 2020

Los comunistas, al asalto de la propiedad privada

Menuda tarde. Las redes sociales, revolucionadas. Que elSánchez nos la ha vuelto a meter doblada. Sí, señor, doblada. Aprovechando la pandemia ya nos coló el decreto que daba paso a su socio comunista a controlar los servicios de Inteligencia (CNI) y, posteriormente, a que no se considere delito, el delito de Injurias al Rey y a la Monarquía. Pues el siguiente -y no será el de la tercera va la vencida- que qué va a pasar con las segundas viviendas. La renta mínima vendrá detrás; además, a marchas forzadas, que no quieren esperar a un par de meses.
Estos, gestionar la crisis no lo hacen, ya lo vemos, son  incapaces; pero, prepararse la salida, como lo ven, no hacen otra cosa. Y con el ministro de los Interiores, Marlaska, amenazando, tratando de amordazar, imponiendo la autocensura. Ya lo ha dicho varias veces en las ruedas de prensa de "El Parte". Pues, hoy otra vez, que si se escudriñan las redes sociales, que si al que pillemos con delitos de odio. Una Filípica, vamos, pero a lo socialcomunista.
Es que, coñe, ahora ya no sabe uno si decir que el ministro Garzón es un maleducado o referirse a él como un alguito subnormal, o algo analfabeto, por plantear una encuesta y responderse él mismo que qué películas son las ideales para Semana Santa y responderse que La vida Brian o Jesucristo SuperStar. Ahora que, claro, acaso sea él, el ministro Garzón, el que esté cometiendo un delito de odio. ¡Vaya usted a saber! Lo cierto es que con pies de plomo de aquí en adelante. Porque lo de Garzón seguro que será considerado libertad de expresión, mientras que los calificativos que le atribuyamos al ignorante ministro, y más, constituyen delitos de odio. ¡Y como Marlaska es juez, leches!
O sea, que con la modificación del Plan Nacional de la Vivienda que se ha sacado de la chistera el Gobierno socialcomunista -que, por cierto, debe tener un fondo del carajo la dichosa chistera- las administraciones autonómicas pueden obligar al alquiler de viviendas privadas para hacer frente a necesidades específicas de «víctimas de violencia de género, personas objeto de desahucio de su vivienda habitual, personas sin hogar y otras personas especialmente vulnerables".
Pues eso, que ojo al dato, que a lo peor, se queda usted sin segunda vivienda, y durante cinco años. O sea, que si ahora no podemos movernos a la segunda vivienda por lo del confinamiento a causa del coronavirus, a ver si cuando nos "desescalemos" nos encontramos con que ya está ocupada u okupada, sin que podamos hacer nada por evitarlo. Otro o sea: esa casa que a usted le ha costado una pasta, por supuesto, pero sobre todo un sacrificio tremendo de ahorro y privaciones, puede servir para acoger víctimas de violencia de género, personas sin hogar, personas desahuciadas y personas en situación de necesidad. Que no está mal, si es que fuera necesario. Pero, hombre, primero habrá que mirar otras muchas posibilidades más, antes que tomar por asalto la propiedad privada. Ya está bien con los comunistas, que nos dejen de tocar las pelotas, por favor. Aunque si esto de que nos dejen de tocar las pelotas se puede considerar delito de odio, oigan, lo retiro. Porque si encima de que me puedan quitar la segunda vivienda me empuran ya hemos hecho el Sábado Santo.
Ahora, eso sí, no se preocupen ustedes pensando en el lunes, después del domingo de la Pascua de Resurrección, que los que tengan que viajar en transportes públicos estarán servidos de una mascarilla, que es que el Gobierno va a repartir diez millones de ellas, sí, tal cual lo oyen de mascarillas, diez millones. Estos mienten como bellacos -¡lo de bellacos será delito de odio!-, y no se lo creen ni ellos, ni nosotros tampoco, lo de los diez millones de mascarillas. Lo de las segundas viviendas, ellos sí se lo creen y nosotros también. Bueno, de lo malo malo, al que tenga tres segundas vivienda le queda una para uso y disfrute.

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