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domingo, 5 de abril de 2020

Ni olvido ni perdón

Después de todo lo que llevamos confinados, por fin, el Gobierno va a permitir que los periodistas sean ellos, y en directo, los que pregunten al de turno tras las ruedas de prensa. O sea que si no protestan los plumillas así seguiríamos, como hasta ahora, siendo el tío de las gafas y teléfono en mano, secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, quien se guisaría y se comería las ruedas de prensa. Dos cositas vamos a ganar todos los españoles: quitarnos de la vista -eso espero- al Oliver de turno y que los periodistas puedan repreguntar o puntualizar al interrogado cuando se va por los cerros de Úbeda, que ya deben estar a tope.
Lo que no sabemos todavía es si nos será posible que nos quiten de la pantalla a elEnterrador, Fernando Simón, que ya viene siendo como una obsesión, en particular para los niños. Se ha convertido Simón para nuestros pequeños en el hombre del saco, o referente. Después de engañar y mentir a todos los españoles durante días y días, parece que vamos tomando la curva a buena velocidad y que pronto llegaremos al pico de no se sabe dónde. ¡Faltaría más!
Ahora que no se sume puntos elEnterrador, ni el Gobierno de Sánchez, que si después de lo que llevamos pasado no llegamos a la punta arriba de la curva última del puerto, apañados estábamos. Para este camino no nos habían hecho falta ni Sánchez, ni su socio comunista, ni todos los del comité técnico, ni todos los del comité científico, a los cuales no conocemos y a los que nos gustaría conocer, no por gusto sino por saber quién nos la ha estado jugando, además de elEnterrador.
En fin, que desde Moncloa se está buscando la salida a la salida. Es muy de los socialcomunistas esta estratagema, la de hacer lo que les viene realmente en gana -como han venido haciendo hasta ahora- para ir cediendo, aflojando, después, cuando se va viendo la luz. Lo mismo van a hacer -ya lo anunció Ábalos, el de los Transportes indiscretos-, con las actividades necesarias e innecesarias -que todavía no se han aclarado cuáles son- y las vacaciones de Semana Santa pagadas. Y así harán con todo. Como cuando antiguamente llevaban a los niños a las colonias de verano y los monitores los trataban casi casi a la manera más rancia de los militares antiguos; los últimos días aflojaban para que se olvidaran los niños de los malos ratos pasados. Lo mismo que los Pactos de La Moncloa, pero sin Abascal, que no le gusta a Ábalos
Aquí van a hacer lo mismo. Comenzarán a tender manos a ambos lados, por arriba y por abajo, para que el personal se olvide de las bestialidades que ha hecho el Gobierno, llevándonos a esta situación extrema.
Pero es muy posible, solo muy posible, que el personal no se olvide de cómo Sánchez desoyó las advertencias -desde enero- de organismos sanitarios internacionales advirtiéndole de lo que se avecinaba. Sánchez prefirió hacer oídos sordos y escuchó tan solo, y por conveniencia, a los comunistas y a elEnterrador. Y así nos ha ido: miles de muertos y muchos miles más de contagiados. Mucha tristeza, mucho dolor, mucho sufrimiento. Eso no se puede olvidar, no hay que olvidarlo. Alguien tiene que responder por ello.
Y no será baladí, tampoco, el dolor y sufrimiento y el desasosiego de cientos y de miles de familias de trabajadores y empresarios, que, aunque se puede vislumbrar la salida a la pandemia, se les presenta un panorama muy oscuro, negro. Alguien tiene que responder también de tanta insensatez. y de tanta falsedad.

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