Abogacía del Estado, lo demás sobra

Mírenla, qué bien y qué bonito. La Abogacía del Estado está que lo vierte contra la juez que investiga a Franco, el delegado del Gobierno en Madrid, que permitió la manifestación feminista del 8M. Como afirmó Sánchez en su día que la Abogacía del Estado dependía del Gobierno, pues velahí, la misma abogada, Seoane, que asistió al juicio contra los golpistas catalanes se está vaciando ahora para contradecir y contrarrestar la acusación de la jueza del 8M. No está escatimando esfuerzo alguno, lo que no hizo en el juicio contra los golpistas.

Trata de minimizar las investigaciones y el informe de la Guardia Civil, cuando no ridiculizarlo y se opone a que el forense pueda ampliar sus apreciaciones una vez conocido el informe de la Benemérita. Joér, con la abogada del Estado, si hubiera puesto el mismo empeño en el juicio del UnoaCero más habríamos ganado, porque fue la Abogacía del Estado la que propuso rebajar la pena a los golpistas, que fueran sentenciados por el delito de sedición y no por el de rebelión, como pedía la Fiscalía General el Estado.

Pese a la lamentable intervención de la Abogacía en el juicio contra los golpistas, el tribunal hizo caso omiso a la Fiscalía y se inclinó por la versión de la Abogacía, a cuyas dos representantes en el juicio daba pena verlas, con su desidia y lo que aparentaba su falta de preparación o, si prefiere, ganas y ánimo para acusar a los del banquillo. Lo que ahora parece muy diferente. La Abogacía ha cogido con ganas el caso, pero para defender al gobierno socialcomunista.

Ya quisieran muchos imputados en sus casos correspondientes que sus abogados defensores se entregaran tanto como lo está haciendo, en este caso, la Abogacía del Estado, y de la manera en la que lo está haciendo, ridiculizando los informes de la policía judicial y tratando de impedir que el forense pueda, una vez dispone de más pruebas, emitir un nuevo informe. Tendrá que ser así, aunque no deja de ser lamentable, principalmente por las formas empleadas.

Últimamente, o mejor dicho, desde la llegada al poder del Gobierno de coalición "progresista", y más desde el inicio de la pandemia por el coronavirus, son muchas las malas formas que se suceden día tras día. La última la de la ministra de Igualdad, la comunista excajera de supermercado, que, para apoyar a su compacamarada está acusando a la oposición de estar provocando un levantamiento del Ejército. ¡Eso es muy gordo! Claro que lo del payaso Jocker lo es más todavía, no por acusar a los de Abascal de querer un Golpe de Estado, lo que no deja de ser una imbecilidad de un ídem, sino de tratar de boicotear la comisión de la Reconstrucción y su nula educación al gritarle al diputado de Vox que cerrara la puerta al salir, cuando éste abandonaba la sala de la comisión. No tiene el payaso Jocker una pizca de clase ni de educación. No es de extrañar que la envidia se le salga por los ojos tan solo de ver a la marquesa Cayetana. Para sí quisiera él.

Y ya lo ven, Sánchez, el rojo, nos va a confinar otros quince días más, pese a poder utilizar un Plan B, que existe. El confinamiento más largo del mundo, gracias a los Ciudadanos de Arrimadas, los de laPeneUve y los dos diputados canarios. Ya se ha asegurado bien Sánchez, apartando a la indecente Lastra, de que esta vez no figuren para nada los terroristas de elGordo. Los de laPeneuve -los que siempre terminan traicionando-, ya se llevan por delante la administración de la renta vital en las provincias vascas y en Pamplona, que se sepa. Que no les falte la pasta. Los diputados canarios ya están sacando lo suyo, por mucho que Oramás quiera disimular. Lo que no está claro es qué es lo que se llevan los Ciudadanos de Arrimadas, porque de estos pactos todos se llevan algo en crudo. Por de momento, Arrimadas se está llevando a la debacle a su partido, por un mísero plato de lentejas.