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viernes, 1 de mayo de 2020

Adios, Ifema, adios

Mira, tú, qué pronto el delegado del Gobierno en Madrid, el socialista Franco, se ha animado a abrir una investigación para averiguar si el acto de clausura del hospital de Ifema se celebró incumpliendo las normas contra el coronavirus. Le faltó tiempo a Franco. Que puede que tenga razón, o que no. Que investigue que para eso está. Desde luego, no tendría nombre que así fuera si la presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso, se la ha dejado colar y no ha sido previsora para que eso no sucediera. Desde luego, en algunos momentos y en algunas imágenes, parece que sí.

Pues, como si no tuviera experiencia la pepera presidenta de Madrid, Ayuso. Sabe que el Gobierno de Sánchez anda tras ella desde el inicio de la pandemia, esperando a que cometa el más mínimo error. Si en la clausura de Ifema se han producido aglomeraciones, ya le vale. Porque si ya Sánchez está poniendo a sus plumillas paniaguados a la caza de la presa, se lo ha puesto ahora en bandeja. Aunque hay que esperar a la conclusión de esa investigación que ha iniciado el delegado del Gobierno en Madrid. El mero hecho de anunciar su apertura no deja de ser un ataque -político, primordialmente- contra Ayuso, pero nadie es culpable hasta que no se demuestre lo contrario.
Franco se ha apresurado a la realización de una investigación  contra Ayuso, pero poco se ha atrevido contra el mismísimo presidente del Gobierno o su ViceDos, el comunista, y la compañera de esta, la ministra de Igualdad. Los tres se saltaron el confinamiento impuesto por el propio Gobierno. Además, lo hicieron de manera descarada, en particular los dos primeros. Las compañeras de ambos resultaron estar contagiadas por el conronavirus, por lo que ellos debieron de guardar obligatoriamente cuarentena. Ninguno de los dos lo hizo, y ambos asistieron a reuniones del Consejo de Ministros cuando estas podrían haberse celebrado de manera telemática.
No se ocultaron, no. Descaradamente asistieron a esas reuniones y fueron captados por las cámaras de televisión. Por su parte, la ministra de Igualdad -sí, hombre, sí, la excajera de supermercado-, estando infectada asistió a una reunión en el palacio de La Moncloa, en la noche de un miércoles. Se desplazó desde su casoplón de Galapagar a la residencia provisional de Sánchez. La actuación de esta, si cabe, es todavía más grave, rozando lo delictivo, porque cuando ya sabía que estaba infectada por el virus acudió al ministerio sin advertir a los funcionarios que allí trabajan de que era portadora del virus. ¡Ya le vale, a la tipa! Tiene, verdaderamente, mala prosapia.
Pues, lo mismo que contra Rajoy. Lo están investigando por si se saltó el confinamiento. Parece ser que lo descubrieron haciendo deporte por su urbanización, aunque todavía no está claro, pues las imágenes recogidas por una tele podrían corresponder al período navideño. Ya se imaginan que la tele que lo "pescó" era la subvencionada con el dinero de todos, laSexta, la de Roures, la del bocazas y apesebrado Ferreras.
Oigan que si Rajoy se saltó el confinamiento, que lo multen, como ya he dicho en otras ocasiones, más que por obviar la regla por gilipollas. Ahora que también investiguen a un diputado de los etarras, al que la Guardia Civil no denunció porqué intervino en su favor el ministro del Interior, Marlaska. Otra vez Marlaska, el ministro que quiere amordazar a todos los  que criticamos al Gobierno y está poniendo en entredicho al benemérito cuerpo de la Guardia Civil.
Marlaska no ha descubierto a la Guardia Civil, como sí le sucedió al exvicepresidente socialista Alfonso Guerra. Marlaska ha encontrado en la Guardia Civil a un don Tancredo, al que fuerza a recibir las bofetadas dirigidas contra el ministro. Eso del ahí me las den todas. Ya saben.

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