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jueves, 7 de mayo de 2020

Doce hombres sin nombre y apellidos

Esto solo se le ocurre a estos: crear una comisión científica para "desfasar" las fases del desenjaule y no nos dicen por quiénes está integrada. No sabemos si son doce hombres sin piedad o doce apóstoles más uno, elEnterrador, la Santa Cena. Y es que dice este que no se dan los nombres para que puedan trabajar sin presiones. ¡Manda güevos! Si no aguantan la presión ambiental, que se vayan y, si no, que no se dejen presionar, que presiones tenemos todos en la vida, todos los días y cobramos cuatro duros. Lo malo de esto es que esos integrantes -no los vamos a llamar científicos, por si acaso- es que sepan tanto de lo que los ocupa como el ministro de Sanidad, que solo cuenta con estudios de Filosofía.
O que alcancen, aunque solo sea, la mitad de ineptitud que elEnterradorSimón. Porque, ya le vale a este, que se le está pegando lo de los políticos a los que sirve. Ya se sabe que el con niños se acuesta, cagao se levanta. Pues, lo mismo. Después de las estupideces que dijo cuando negaba la gravedad de lo que se nos venía encima animando a acudir a las manifestaciones del 8M o asegurando que aquí tendríamos algún caso que otro de contagio del coronavirus, nos viene a bromear, cuando desde entonces hasta ahora tenemos -mucho por su culpa- más de veintiséis mil muertos y cientos de miles de contagiados.
El incapaz e inepto Simón nos viene ahora con bromas, porque, realmente, no tiene respuesta para explicar por qué se produce esa diferencia en las cifras de muertos, cuando sumados todos los ocultos y no ocultos superan los treinta mil. No se le ocurre al payaso otra cosa que atribuirlo a un tráfico excesivo y que por eso se retrasan los datos. O, mas fuerte todavía, cuando asegura elEnterrador que el número de sanitarios contagiados es de 45924, pero que la cifra es tan elevada porque se les está haciendo muchas pruebas. Joér, el imbécil, ya se las tenían que haber hecho, y muchas más, durante toda la crisis, para detectar a los portadores del virus.
Va a llegar un día en el que elEnterrador, con sus bromas macabras, nos dirá que no tengamos miedo al virus, que es solo un bicho al que se coge y se deja caer desde la altura y ya está, se acabó. Es tan imbécil que capaz sería de emular al ministro de Sanidad de la Colza. Pero, no se extrañen, que la ignorancia lleva a cometer las mayores osadías.
Se necesita, sí señor, ser necio y gilipollas. Y este es el jefe del comité de los sabios que asesora al Gobierno. Si a la demencial gestión de la crisis por parte del Gobierno de Sánchez juntamos -no se puede presuponer de otra manera- los consejos de un loco, no es raro que estemos como estamos: sin, al menos, treinta mil compatriotas muertos -estos sí que ya no están, que se nos fueron- y los cientos de miles de contagiados.
Como esos hombres sin piedad sigan el camino de elEnterrador ya podemos elevar oraciones al Señor de los cielos y a monseñor Omella aquí en la tierra, que nos dirá este que os den, que lo suyo es pedir y sobre todo ahora con la equis de la Renta.
El que no anda para aguantes es el comunista ViceDos de Sánchez. Está que echa las muelas porque se ha muerto Billy el Niño, el policía del franquismo al que el comunista acusaba constantemente de torturador. El comunista lo tenía entre ceja y ceja e iba a por él. Ya ven, si su Gobierno hubiera gestionado mejor la crisis no se le habría muerto de coronavirus. Ahora que, ya puede Marlaska echar a sus perros a rastrear, porque lo que ha dicho el comunista sobre Billy, dónde lo ha dicho y cómo lo ha dicho es de un manifiesto y claro delito de odio. Si a esto le sumamos el haberse saltado el confinamiento, elViceDos ya tenía más que motivos para haber sido multado y procesado. Pero, que le pregunten a Marlaska.

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