El Gobierno pretende intervenir las redes sociales

Esto se está poniendo que arde. Ni se sabe cómo desembocaremos a la salida del túnel. Todo un enigma. Si ya se están calentando las calles, y lo que prevé la Guardia Civil para entonces, no les digo nada de lo del Parlamento. Aquí cada cual a su aire, y sobre todo el Gobierno socialcomunista, que se enfada y se cabrea cuando los demás grupos no lo avalan. Se ha mal acostumbrado Sánchez a pedir la unidad y la colaboración de todos. Vaya, a arrimar el hombro, cuando él ni tan siquiera da la más mínima explicación de nada; solo de vez en cuando, cada quince días, que se puede prolongar hasta un mes.

El resto del tiempo hace y deshace a su antojo con sus equipos asesores técnico y científico. No llama a nadie de los partidos de la oposición, no da a conocer los nombres de los integrantes de esos supuestos equipos -porque ya hasta se duda de su existencia- y cada dos por tres donde dije Diego, pues ya saben, como,  por ejemplo, prohibidas las rebajas, ahora ya se pueden hacer rebajas o prohibido viajar a las segundas viviendas, ale, sí se puede viajar a segundas viviendas. Y todo así. Improvisación y desinformación.

Como no les gusta a los socialcomunistas o a los comunistas de la sociedad que se les lleve la contraria, el comunista ViceDos echa por tierra -bueno, trata- todo lo que se le pone por delante. Sobre todo, y principalmente, el dinero de los demás. Que es que, oigan, el comunista le tiene tanto apego a la pasta ajena que lo suyo ya es psicopatológico. También lo ponen enfermo las segundas viviendas. A él le basta con una, sí, claro, de más de seiscientos metros cuadrados, jardín y piscina y ubicada en la zona privilegiada de la sierra madrileña, en Galapagar.

Todo eso, como antecedente. Así, el machote, o el payaso, o el Jocker asesino, se nos llega hasta el Congreso de los Diputados a insultar al personal. La tiene tomada con los de Vox, a los que califica de extrema derecha, pretendiendo ocultar que él es de la extrema izquierda, comunista, bolivariano, pro iraní -el régimen que ahorca en las grúas de las obras a los homosexuales, el que discrimina a las mujeres y las maltrata-, procubano y prosoviético. Pero, también utiliza la boca chancla para insultar a otros grupos políticos a los que califica de antipatriotas.

Ya le vale al payaso, o Jocker asesino, cuando se emociona de alegría cuando unos despreciables comunistas, camaradas suyos, patean a los policías nacionales en el suelo, o se mofa de los símbolos nacionales como el Rey, la bandera de España o el Himno nacional. Y es que ahora que estamos encerrados quiere liberar a los presos etarras, que son sus amigos, y a los delincuentes golpistas catalanes, a los que adora. Ha logrado infiltrarse a traición el la Inteligencia española, pero no firma el acuerdo contra el terrorismo Yihadista. ¡De qué va el inútil este! ¡Liberará también a asesinos y maltratadores de mujeres!

Pues, fíjense si va que el ministro de universidades, el comunista Manuel Castells -que suena a independentista catalán-  ha pedido la intervención de las redes sociales. No ya que se persiga -rastree- a todo aquel que critique al Gobierno socialcomunista, sino que se intervengan las redes sociales; es decir la máxima censura pura y dura, y, luego, por supuesto, que se actúe contra todos aquellos que al Gobierno no les guste. Es muy grave la exigencia de Castells. Sánchez lo debería cesar de inmediato.

Pero Sánchez no lo cesará, sino más bien todo lo contrario, lo apoyará y junto con su ViceUno, el comunista, emprenderán una cruzada a su favor, con el "apesebrao" y paniaguado Ferreras, de laSexta, al frente. ¡Hasta aquí hemos llegado!, como dijo en el Congreso el líder pepero, Casado.

A ver si es verdad que hasta aquí hemos llegado. Porque ya viene otra ofensiva de los socialcomunistas, esta desde la Fiscalía, con la exministra "ficala" general del Estado: quiere descartar la responsabilidad del Gobierno en la falta de protección de los sanitarios en el coronavirus, mientras que el ministro de Sanidad, Illa, el aprendiz de filósofo, da por su parte trasera a todos los sindicatos de la sanidad española.