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lunes, 4 de mayo de 2020

Una trampa barriobajera

Estaba cantado. Las malas artes de Sánchez y su socio el comunista están cada día más claras. A estos dos les importan un bledo los muertos, y están cagaos porque después de que pase esto del coronavirus quizá no haga falta ni elecciones para desbancarlos del poder. Si hay Justicia, que la habrá, tendrán que responder por las miles y miles de muertes y la prevaricación continua, junto a elEnterrador Simón. Miles y miles de muertos están pidiendo venganza, ya que ni siquiera el Gobierno les tiene un mínimo reconocimiento.
Esto no es la memoria histórica que se han inventado. Esto es la realidad, la actual. A ver si se lo aplican, tanto que les gusta destapar muertos. Aquí, por el contrario, nos los han ocultado. Nos han cerrado las ventanas con visillos mientras estábamos confinados, mientras en la calle, en casas y en hospitales se desarrollaba una vida real desconocida para la gran mayoría de ciudadanos.  La salida del confinamiento, del enjaule, ha sido dura, muy dura. Lo que nos hacían ver -o querían hacernos ver- a través de sus televisiones, de sus estadísticas, de sus curvas, de sus picos era algo muy tremendo, muy dramático, que nos han maquillado, con la inestimable ayuda de plumillas paniaguados.
Ahora, quieren hacer cargar a los demás con los muertos. Ya fue indecente el discurso del "Aló" de Sánchez el pasado sábado. Se veía venir. El chantaje comenzaba a rodar. O yo o el caos, cuando exigía de la oposición -principalmente de laPepé- unidad y apoyo para prorrogar de nuevo el estado de Alarma, porque no existía ningún plan B. Exigía Sánchez, a la vez que mentía, el consentimiento de laPepé y de su presidente, Casado. Sánchez ha menospreciado durante todo el confinamiento a la oposición, tanto como a los muertos y contagiados y a sus familias, mientras el sábado mantenía que sus contactos con los líderes políticos eran habituales. 
Mentiroso como no hay dos -bueno, sí, el comunista-, estaba enterando en ese momento de su "Aló" a la oposición de que iba a solicitar otra prórroga del estado de Alarma. Justo, en ese mismo instante, Casado y la ciudadana Arrimadas confesaban que se enteraban de que Sánchez iba a hacer esa solicitud y declaraban que, prácticamente, ni se acordaban de cuándo Sánchez los había contactado -aunque fuera telefónicamente- por última vez.
En ese instante también se iniciaba el chantaje de Sánchez a la oposición: no hay plan B o se acepta lo que yo digo o lo que se nos viene encima es el caos. Menudos bichos esos dos, Sánchez y el comunista. Miren cómo hoy ya ha salido a la palestra el impresentable secretario general de laPesoé, y ministro de Transportes, Ábalos, para calentar motores y acusar a laPepé de ser el responsable de miles de muertes si ahora no vota a favor de prorrogar el estado de Alarma. Pues que lance la acusación también a sus socios catalanes de la izquierda republicana.
Esos socios suyos ya han dicho que no quieren más renovaciones; Casado ha adelantado que tampoco, pero no ha dicho todavía si se va a abstener. Lo que sí ha tratado de dejar claro Casado es que hay más posibilidades y leyes a aplicar sin necesidad de un estado de Alerta. Y es cierto. Lo explicará el miércoles en el Congreso, donde se juega mucho, tras la trampa barriobajera que le ha tendido el gobierno socialcomunista. Casado tiene que llegar al Congreso bien aprendido de casa.
Ya sabe Casado cómo se las gastan los socialcomunistas. Hasta son capaces de justificar el incumplimiento del enjaule por parte del ViceDos comunista. Báilenlos: su presencia en Moncloa era imprescindible. Un multazo habría que meterle, como a todos los que se saltaron el confinamiento. Hay muchas más maneras de comunicarse sin que sea de manera presencial. Que se lo digan a los miles de estudiantes y profesores, por ejemplo, que han continuado el curso sin interrumpir las clases.

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