De la Fiscalía al infierno

En qué cabeza cabe que se pueda pedir en un juicio para un acusado diez años de prisión o, en su defecto, la libertad total. Que nos lo explique la Fiscalía que lleva la acusación contra el golpista Mayor Trapero, exjefe de los Mocetes de la Escuadra cuando el referéndum ilegal del UnoaCero. Que nos lo explique la Fiscalía, por qué no se le puede acusar de rebelión a Trapero. No tiene sentido. Si hay que llevarle la contraria al Supremo, a la Sala Segunda, a la del juez Marchena, pues con un par. ¡O es que no se puede equivocar el Supremo! Muy probablemente erró el Supremo con los golpistas del UnoaCero, y con él la Abogacía del Estado.

Por eso no se entiende ahora que la Fiscalía pida la libertad de Trapero por un delito de desobediencia. Ni pisaría la prisión el golpista. Y ya se está escojonciando elTrapero de los que tenemos que pagar una multa, porque se nos olvidó poner el tique de la ORA poco antes del confinamiento. Lo de la inhabilitación, se la suda, que para lo que le quedaba de estar en el convento se lo hace dentro. Y la Fiscalía el ridículo: métanlo en prisión o, mejor no. Libre como el viento. ¡Es de locos! ¡Pero, no se dan cuenta, estos que se les supone que tienen dos dedos de frente y que se les supone ilustrados! Pero, claro, el estamento tiene obligación de la obediencia debida. A la Fiscal General del Estado, la exministra de Justicia del Gobierno de Sánchez, Dolores Delgado, o al presidente mismo, quien afirmó que la Fiscalía depende del Gobierno o, lo que es lo mismo, que la Fiscalía es de su propiedad.

No miren, esto que está sucediendo es de vergüenza ajena. Ahora la Fiscalía ha solicitado a la jueza del 8M que dé carpetazo al caso y que deje en paz al indecente delegado del Gobierno en Madrid. ¡A quién está obedeciendo la Fiscalía! A Dolores Delgado o al mismísimo presidente del Gobierno socialcomunista de Sánchez. Para más y mayor frustración de la ciudadanía, la Fiscalía se niega a dar el nombre del fiscal o fiscales que instan a la juez a que dé por sobreseído el caso. Lo mismito que el Gobierno de Sánchez, que se ha negado siempre a dar a conocer los nombres de los equipos técnicos y científicos que lo han asesorado durante la pandemia y la mal llamada "desescalada", salvo excepción del de elEnterrador Simón, el doctor a quien busca blanquear Sánchez y ponerle la cara más blanca que la cal de las solanas de los pueblos andaluces. 

Continúa el papel de la Fiscalía en el Supremo. Allí la Fiscalía se ha hecho cargo del caso del AVE a la Meca, para saber si el rey emérito, Juan Carlos I. cobró comisiones, según declaró su, digo yo, examiga Corina, que con amigos como esa no le hacen falta enemigos. Vamos, que como todos somos iguales ante la Ley, los comunistas del ViceDos se quieren enchironar al padre del Rey y, si pueden, colocar de Rey de España a Pedro Sánchez, que ganas tiene de ello y, sobre todo, que la su Begoñita, la mujer vestida de rojo, supla a Doña Leticia. Si ha llegado vergonzosamente a presidente del Gobierno, por qué descartar ser rey, o más.

Pero, qué curioso, fíjense ustedes, cómo corre la Fiscalía tras el rey emérito y se queda quieta y parada ante los desmanes del tres por ciento del expresidente y exmuy ilustre presidente de la Generalidad catalana. En efecto, el de España nos roba. Un juez dijo de él y de toda su familia de Pujjjoles que era una organización mafiosa. Pues, velahí, en la calle están todos, disfrutando de los cientos de millones que se llevaron en bolsas de basura a los bancos andorranos. ¡Pero es que se cree la Fiscalía que los españoles somos tontos! Porque, ya de puestos, y en comparanza, los dineros que se haya podido llevar Juan Carlos en comisiones, seguro que en bolsas de basura los Pujjjoles lo ganan en veinte a una, como poco.

Sí, se dirán que todo depende del cristal con que se mire. Le sucede lo mismo al indecente comunista portavoz en el Congreso. El defraudador a Hacienda, que pagaba en negro a su ayudante. Los que se manifestaban por las calles del barrio Salamanca eran unos pijos, que se saltaban a la torera las medidas sanitarias, mientras que los que se manifestaban ante la embajada de los Estados Unidos, ayer mismo, en Madrid, a los que solo se había permitido a doscientos y fueron más de tres mil sin guardar las medidas sanitarias, esos lo estaban haciendo bien. O como su jefe el comunista payaso Jócker, que acusa a la presidenta de Madrid, Ayuso, de crímenes en las residencias de ancianos, pero todavía no ha explicado su labor cuando él, como Gobierno, se hizo cargo de la gestión de todas ellas. El guerracivilista comunista es otro verdadero indecente.