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sábado, 13 de junio de 2020

El papel higiénico es para el culo

Así que en realidad, y en efecto, el único damnificado en la causa archivada del 8M ha sido el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos, que fue cesado por Marlaska como jefe de la Comandancia de Madrid. Cierto que el delegado del Gobierno en Madrid ha quedado como un pelele y un inepto, discapacitado para desarrollar su cargo. Pero, Franco continuará en su puesto, alabado y vitoreado, por contra, por el Gobierno socialcomunista. Con Franco se salva todo el Gobierno de Sánchez, al menos por el momento y en este caso.
Los que también se han beneficiado durante la pandemia -aunque en realidad era una prolongación de sus beneficios- han sido los presos de la banda terrorista etarra, los de la misma banda que elGordo, un "hombre de paz, un hombre de bien", como lo calificó el socialista elCetapé. Con él pactó recientemente también el socialista Sánchez, para anular las Relaciones Laborales; al final, a cambio de nada, porque la abstención de los terroristas no influyó en la prórroga de un nuevo estado de Alarma.
Pero, desde los dos años que lleva Sánchez en La Moncloa, su ministro de los Interiores, Marlaska, el que en su día fuera el "terror romanorum" de los asesinos etarras, ya ha trasladado, más bien ha acercado, a presos de esta organización criminal-terrorista a las provincias vascas al menos a treinta y nueve. ¡Quién lo viera y quién lo ve a Marlaska!
Treinta y nueve terroristas, que según afirman con rotundidad las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, ni han pedido perdón, ni se han arrepentido de sus crímenes, ni colaboran con la Justicia para esclarecer más de trescientos asesinatos de los casi mil cometidos por la banda terrorista, y que ni han indemnizado ni lo vana a hacer a los familiares de los asesinados.
Lo peor de todo, y así lo corroboran las víctimas, es que, si bien en un principio, los presos a los que acercaba Marlaska a las provincias del norte no habían cometido delitos de sangre, aunque entre ellos se encontraban los secuestradores de Ortega Lara -ocultado en un zulo subterráneo durante más de quinientos días-, ahora Marlaska ha iniciado el acercamiento de estos tipejos que mancharon sus manos de sangre. Y, peor todavía, las víctimas predicen que para el año 2023 -a la vuelta de la esquina- todos los miembros de la banda asesina estarán en libertad, el total de los 213 etarras ahora encarcelados.
Esto no le preocupa lo más mínimo al ministro Marlaska, el del tatuaje "ni pena ni miedo". ¡Cómo cambia el poder! Este fue el juez que exigió a los investigadores que solo se le informara a él de las pesquisas en el "caso Faisán". Este es el juez y ministro que cesó al coronel Pérez de los Cobos, porque se negó a informarle de los informes que la Benemérita realizó para la juez del "caso del 8M". Tras el cese del coronel, dimitió el número dos de la Guardia Civil y tres coroneles se negaron a ocupar la vacante del coronel destituido.
Acto seguido, el comunista payaso Jócker inició la campaña para lograr que la Guardia Civil sea desmilitarizada. El fin último del Jócker es disolver el benemérito cuerpo. El Jócker es malo, muy malo, y tiene malas intenciones, no solo para con la Guardia Civil, sino para con España: quiere romper España. Es amigo de los terroristas, es hijo de su padre, y un compañero del alma, compañero, de los golpistas, a los que quiere ver cuanto antes en la calle, como Marlaska a los etarras.
En el fondo, ambos son dos inútiles, como la compañera del comunista, la del casoplón de Galapagar, la ministra excajera de Igualdad. Por cierto, un estudio científico sobre la compra compulsiva de papel higiénico durante la pandemia ha desvelado que dependiendo de la clase social se compraba más o memos cantidad, pero no aciertan los científicos a averiguar la razón. Y la razón es bien sencilla: para limpiarse el culo, oigan.

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