Un Gobierno "enchorizao"

Solo le faltó decir a la ministra portavoz que lo que se estaba produciendo contra MarlasKa y, por ende contra el Gobierno socialcomunista, era una conspiración judeo masónica. Sí, al más puro estilo franquista. Lo importante sería, a estas alturas, dilucidar quiénes son los judeomasónicos. ¡Joer, con la balbuceante ministra, que, además de entendérsele mal, porque habla con voz de trapo, cuando se le entiende, no hace otra cosa que darle patadas al diccionario. En conclusión pudimos sacar en limpio que el Consejo de Ministros apoya al ministro de los Interiores.

O sea, que Sánchez continúa confiando en él. Él no va a dimitir y, a su vez, apoya al director general de los Interiores, que estaba al tanto de todo. El que estaba al tanto de todo apoya, por supuesto, a la directora de la Guardia Civil y ésta al general Santiago que no tiene que ver, que sepamos, en el caso Marlaska, pero que era el encargado de que se rastrearan las redes sociales para localizar a todo aquel que se mostrara en contra del Gobierno durante el confinamiento más duro de toda la Unión.

Así que fue concisa en esta ocasión la portavoz del Gobierno: que no le hicieran más preguntas que ella estaba convencida e iba a responder a todas por igual. Seispreguntasseis dejó por responder la ministra. Vamos, que, otra vez, como el que oye llover. Y porque se mordió la lenguatrapo, que si no concluye desvelando que es que el Gobierno socialcomunista hace lo que le sale de las pelotas, aunque hubiera podido utilizar cualquier otra expresión. ¡Como casi ni se le entiende a la ministra malhablada!

Entonces, hay que inferir, que diría el cultísimo Sánchez en sus silogismos, que el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos fue cesado por sus superiores por pérdida de confianza. La pérdida de confianza se originó en que el coronel no entregó a su superiora la directora de la Guardia Civil los resultados de los informes que sobre el 8M elaboró la policía judicial. Por tanto, ésta no pudo entregar esos informes al director general de Interior, que, a su vez, tampoco se los pudo ofrecer al ministro Marlaska, que era quien los reclamaba para pasárselos, a su vez, a elPresiSánchez.

Deducción: el Poder Ejecutivo intentó interferir en el Poder Judicial de manera descarada y hasta burda. Además, la jueza que instruye el caso y que tiene imputado al delegado del Gobierno en Madrid, Franco, había dado la orden a la policía judicial para que solo se le informara a ella de las pesquisas sobre el caso. Eso mismo hizo Marlaska cuando era un juez, entonces respetable. En el "caso Faisán", que instruía el ministro, ordenó a los agentes judiciales que únicamente le tenían que informar a él.

Pero, amigo, el poder y el dinero corrompen. Unas veces lo uno o lo otro; otras veces, los dos juntos. Y si el poderoso don dinero acumula, encima, poder, pues ya no hay ni de qué hablar. Porque Marlaska se permitió la fealdad de mentir en el Congreso, por mantener su poder, y en estas que la propia directora de la Guardia Civil ha despejado la nube, quedando al descubierto una fea trama. Pero, pese a todo, aquí nadie dimite, cuando tenía que producirse una dimisión en cadena, comenzando desde el presidente Sánchez.

Pero, no solo por este caso. Ahí está la bellaquería de la ministra de "Igual dá" con su manifa del 8M y su presencia en el ministerio cuando ya sabía que estaba contagiada, Ahí está también el comunista payaso Jocker, saltándose la cuarentena y pactando con los terroristas. Ahí está laViceUno, esta por imbécil, por sus elucubraciones sobre el este y el oeste del corona virus. Ahí está el otro comunista e iletrado Garzón, que se quiere cargar el turismo y que afirma que desde que no hay deporte han bajado las apuestas deportivas. Ahí está Illa, el de la Sanidad, que ni es filósofo ni es médico y de lo de su departamento no sabe de la misa la media. Ahí está, también, la "portavoza" ya casi ni nombrarla, porque lo "mismo dá". Ahí está el de los Transportes, Ábalos, con su "caso Delcy". Y así, hasta veintidós sueldazos, incluido el de la "tapada", la de Defensa, Margarita Robles, de la que se dice puede ser el repuesto de Sánchez. Aunque, temprano comenzaron a matarla, políticamente, claro.