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viernes, 31 de julio de 2020

Crónica anunciada del desplome de un país

Con la que nos está cayendo, no se le ocurre otra cosa a una concejal podemita, de los del comunista payaso Jócker, que decir que poner el aire acondicionado en un pleno del ayuntamiento es un "micromachismo". Su razonamiento: "el estándar de los 24 o 27 grados de confort fue establecido en los años setenta y se tomó como referencia a un varón de unos 40 años y 70 kilos de peso (...) El de las mujeres suele ser tres grados por encima. Tal vez sea momento de actualizar, no solo aquí, sino en todos los espacios". Además, ya ven, sentando cátedra, para imponer en el mundo mundial su teoría, la de quien no alcanza tan siquiera el grado de gilipollas, aunque sí de inepta total.

Ya digo, que, pese a la que nos está cayendo, merece la pena destacar la pasta de la que están hechos estos podemitas. Se superan los unos a los otros en estupidez. La verdad es que, de vez en cuando, en ocasiones -tampoco vale abusar-, conviene denunciar las imbecilidades de estos que son los podemitas, con el fin de que la gente, en particular los que los votan -cada vez menos- se vaya dando cuenta de que no merece desperdiciar su voto con estos soplagaitas y perroflautas. ¡Ahora, el aire acondicionado es un "micromachismo"! ¡Manda güevos! Hay mucho "desquiciao" por el mundo.
Pero, a lo que vamos. No es de extrañar que la presidenta de la comunidad de Madrid, Ayuso, se queje de las conclusiones de la "cumbre" de presidentes autonómicos. Ya se sabía anticipadamente la conclusión: el bacalao ya estaba todo repartido. Sánchez se erige en el rey mago que repartirá los fondos europeos y en el clon de Su Majestad el Rey, Felipe VI. Que es que hoy, de nuevo, ha querido ponerse a la altura del Monarca en el momento de la recepción a los presidentes. Nunca pensó el chulo y barriobajero Sánchez que intentaría llegar a la altura del Rey. Y, en verdad, no lo ha conseguido. Todavía Felipe VI le saca unos buenos centímetros, y se nota. Pero Sánchez insistirá, porque la su Begoñita se lo exige, para llegar al Palacio de La Zarzuela. Por las buenas o por las malas, y si no al tiempo: es un  miserable profesional.
Además de ocultar a más de veinte mil muertos -que se dice pronto-, víctimas de la pandemia en la que nos metió indefensos, junto con elEnterrador Simón y el ministro Illa, mintió descaradamente y sin rubor alguno, a todo el país, queriéndonos hacer creer que las decisiones del gobierno socialcomunista estaban avaladas por un comité de expertos, científicos y técnicos, cuando, en realidad, todas las decisiones que se tomaron fueron por intereses políticos, incluida la "desescalada", en la que, tomen nota, por delante siempre fueron los vascos. Esta mentira, de las más gordas que puede cometer un gobierno en una democracia, sería más que suficiente para que hubiera dimitido todo el Consejo de Ministros en pleno.
Cuando nos encontramos en un déficit del 22% del Producto Interior Bruto, al nivel de la Guerra Civil, Sánchez declara hace dos días, y lo ratifica la ministra de Hacienda, que estamos en el momento de la remontada económica. Sí, hombre, sí, con el déficit del PIB, el más alto de los países de nuestro entorno, como Francia e Italia, a menos de la mitad. Se desploma el gasto de los hogares españoles, mientras que en tan solo un año se han destruido casi tres millones y medio de puestos de trabajo. Son tiempos de recesión, difíciles, hasta como para pasar hambre. 
Y, en vez de tratar de buscar soluciones, Sánchez convoca a los presidentes autonómicos para hacerse publicidad y comunicarles que va a ser él el que parte y reparte y se quedará con  la mejor parte del dinero con el que nos ha "regado" la Unión. Como ejemplo, ya ha llegado a un acuerdo con los de laPeneUve -los que siempre traicionan y, ya lo han dicho, se consideran una raza superior, como el neandertal catalán-, para acomodarles el déficit en sus presupuestos regionales y darles más dinero por el denominado "cupo", que para sí quisieran todas las comunidades, del que siempre se ganan unos cinco mil millones de euros que no devuelven al Estado.
Tarea cumplida por Sánchez: arruina el país, saca a flote a los que lo votaron en la moción de censura y ahora se va de vacaciones, cuando nos encontramos prácticamente al mismo nivel de contagiados por el coronavirus que cuando nos encerró a todos con el estado de Alarma. Mientras preparará cómo sorprendernos con acuerdos parciales con los golpistas.

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