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martes, 7 de julio de 2020

Privilegios para los butifarros y asesinos

Parece como que aquí toquisque es juez, pero sobre todo para dictar "sentencias" con las que liberar a la gente de mal vivir, chorizos, asesinos y otra especie supremacista. que se ha hecho acreedora de una plaza, de a gratis, en un centro penitenciario. Pues, eso mismo están haciendo desde las prisiones catalanas con los golpistas y el ministro de los Interiores, Marlaska -otra vez Marlaska-, el roba sueños de las víctimas del terrorismo, de la banda asesina ETA. Resulta que los jueces, los que parecen como tales de verdad, o nosotros pensamos que lo son, dictan sentencias que les revocan los otros jueces, que ni se sabe si lo son o no. Vale.

Lo que a los ciudadanos nos preocupa, y no entendemos otra cosa, es que si la Sala Segunda del Tribunal Supremo, o sea la de Marchena, condena a los golpistas catalanes -que no son políticos catalanes condenados, sino chorizos catalanes o butifarras, delincuentes, en definitiva- a prisión por su asonada golpista y cuando apenas han pasado unos meses se les conceda el segundo grado disfrazado, cuando en realidad es un tercer grado. No fue una ensoñación, como decía la sentencia, fue una realidad total y un deseo anhelado para ellos, los butifarros, el Golpe de Estado.
Para que nos entendamos, quiere decir que a los golpistas, algunos con más de diez años de prisión, se les permite salir de la cárcel -donde viven mejor que reyes- durante toda la semana, mientras que los fines de semana ni eso: libres como el viento. Es lo que no entendemos los ciudadanos, por más intríngulis penales y de leyes que se puedan manejar, los que lo saben. Si hay una sentencia, se cumple, y a vivir que son dos días.
Así que ya va siendo hora que la Fiscalía o los fiscales insten al Tribunal Supremo, a la Sala que los sentenció, la de Marchena, a que se revoquen todos estos privilegios que desde las prisiones catalanas les están concediendo a los impresentables butifarros golpistas. Ahora que mucho dudamos de que Marchena y su coorte les paren los pies a los políticos catalanes, que, en efecto, son  los que manejan las entradas y salidas de los golpistas, al tener la Generalidad catalana asumidas las competencias carcelarias.
Ahora que también hay que tener en cuenta que la mayor parte de la culpa de todo lo que está sucediendo con los butifarros tiene su origen en el propio Tribunal Supremo, el de Marchena: este tribunal condenó a los golpistas por sedición y no por rebelión como pedían los fiscales. En la redacción de la sentencia se hablaba de una ensoñación de los golpistas, cuando, como todo el país pudo ver en directo, se trató de una realidad, de un Golpe de Estado puro y duro. El Tribunal de Marchena podía haber enviado a los golpistas a cualquier prisión que hubiera considerado, menos a las catalanas, cuando Marchena sabía de sobra lo que iba a suceder y está sucediendo. El Tribunal hizo oídos sordos a la recomendación de los fiscales para que en la sentencia figurara un tiempo mínimo de cumplimiento de condena, porque se veía venir lo que ha llegado. El Tribunal se lo pasó todo, vergonzosamente, por el serete.
Como para echar atrás el Supremo los privilegios de los butifarros. O no se esperaba el Tribunal las actuaciones desde las prisiones catalanas y la Generalidad, lo cual resulta más que sospechoso, o los de las prisiones catalanas y la Generalidad se están descojonando del Tribunal que juzgó y sentenció a los butifarros. O, quizá, lo que más se acerque a la realidad sean ambas cosas. 
Otro que se está pasando de listo, pese a que pueda ser un imbécil redomado, es el ministro de los Interiores, Marlaska, el que ordenó a la Guardia Civil -en concreto al general Santiago, que lejos de dimitir lo han ascendido- localizar en las redes a todos los que criticaban al Gobierno durante el confinamiento, el ministro que quería que el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos delinquiera para que le pasara toda la información sobre las investigaciones contra Franco -el delegado del Gobierno en Madrid-, el ministro que permitió a los jefes etarras viajar por todo el país durante el confinamiento para visitar a los presos de su banda. Marlaska es el ministro que continúa trasladando presos asesinos a prisiones cercanas a las provincias vascas, cuando no los manda directamente a ellas, como son varios ya los casos, algunos de ellos con delitos de sangre, tres en concreto. Así que se sepa, en menos de un mes, trece etarras acercados al País Vasco y tres, este mismo martes, con delitos de sangre, con la semilibertad, a cárceles de las provincias vascas.
Tanto juicio y tanta historia en el Supremo, tanto delito impune, tanta sangre derramada, tanto dinero público en los procesos para esto. Lo que les digo.

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