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domingo, 9 de agosto de 2020

Enaltecimiento

Por sus amistades los conoceréis. Y sabremos qué es lo que quieren y qué pretenden. Como el etarra Eneco Companis, flamante profesor de Derecho Constitucional en la denominada Universidad del País Vasco. O sea que entró en la misma por la puerta grande. De eso, ya sabemos mucho en las universidades de las provincias del norte. Con todos los méritos habidos y por haber y, si no, llovidos del cielo como el maná. Este profe es coautor de un libro con el listo payaso comunista Jócker. Hasta ahí, casi todo normal: uno vasco proetarra y otro de Madrid, con un libro de por medio realizado por autores varios.

Lo anormal es que el profesor vasco, de la universidad de allí, acaba de realizar un sentido homenaje a cuatro etarras fallecidos, cuando en el año 2000, hace veinte años, explotó el vehículo en el que viajaban. La explosión accidental lo fue de los explosivos con los que llevaban cargado el coche, destinados para perpetrar un atentado terrorista, en el que fallecerían personas inocentes, sin reparar si entre las víctimas podrían encontrarse niños o ancianos.
Esta acción del amigo del payaso comunista Jócker constituye, ni más ni menos, que otro homenaje a la banda terrorista asesina ETA, por parte de un miembro de HB-Bildu, como es el profesor Eneco, de la universidad, repito, del País Vasco. y no oculta el amigo del Jócker sus simpatías y honores por los etarras. Recientemente, y con la puesta en libertad por parte del gobierno francés de Yosu Ternera, uno de los terroristas más sangrientos de la banda criminal etarra, el amigo del podemita le envió un efusivo y fraternal abrazo al asesino. Un "abrazo" para el sanguinario y un ¡siempre en nuestros corazones" para los cuatro etarras fallecidos a causa de su propios explosivos cuando se dirigían a cometer un nuevo y, probablemente, atroz atentado con su vehículo cargado de explosivos.
Lo más curioso es que cuando alguien le recriminaba al profe que buenas intenciones no llevaban los terroristas fallecidos por sus "propia medicina", este Eneco justificaba en sus redes sociales el posible atentado que iban a cometer los cuatro etarras fallecidos, imponiendo que nadie le diera lecciones de ética y que esos planteamientos que le hacían no era más que "miseria moral" y que "lecciones las justas".
El energúmeno ofrecía esos argumentos, porque de lo que en realidad lo estaban acusando desde otras redes sociales era de un delito de enaltecimiento del terrrorismo. Y no se equivocaban los que lo acusaban de ese delito. Es más, el miserable se merecía entrar en los juzgados. Pero, como diría el payaso comunista las expresiones de su compañero lo eran de libertad de expresión. La misma libertad que tienen los que lo acusan de un delito de enaltecimiento, con la diferencia de que estos no son unos miserables, como el bildu-etrra y el podemita Jócker, que tanto apoya a elGordo y a los terroristas etarras y desprecia a sus víctimas.

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