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viernes, 16 de enero de 2015

El Papa siembra dudas en Occidente

A las declaraciones de Su Santidad el Papa Francisco ha tenido que salir a matizarlas el portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Federico Lombardi. Dijo Jorge María Bergoglio -que así se llama civilmente el Papa- en el avión en el que viajaba con los periodistas entre Sri Lanka y Filipinas que “si el doctor Gasbarri dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!”. El doctor Gasbarri -que nadie se asuste, que ya lo hizo él por todos- es la persona encargada de organizar los viajes del Papa.
¡La polvareda que ha levantado el Santo Padre! Su respuesta se centraba en el contexto de los atentados yihadistas de París. Los periodistas -dicen ellos- se sorprendieron taño por el tono como los gestos utilizados por el Papa durante su intervención. No eran los habituales de una persona que siempre defiende la paz y, como buen sucesor de Pedro en la tierra, que es partidario de poner la otra mejilla ante una ofensa.
Pero, hombre de Dios, a quién se le ocurre mezclar una condena -las muertes en la capital gala- con lo que todo el orbe ha tomado como una justificación de los asesinos yihadistas por las informaciones/viñetas de la revista "Charlie Hebdo". No puede ser, no. Algo le tuvieron que ponerle en el desayuno al señor Papa, que si bien reconoció que existe libertad de expresión, también aseveró que ésta tiene un límite. Pero, también dijo que "no se puede provocar [] insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fe. No se puede".
¡Puaf, polémicas declaraciones! Que muchos interpretan como predicar el ojo por ojo. Lo que nos faltaba. Les digo que le pusieron algo. No es normal. Tiene que sentirse muy afligido el señor Papa, al ver las reacciones en todo el mundo a sus palabras, tan enfrentadas: las reacciones y las palabras.
No nos fastidie, el señor Papa, no le vaya a dar la razón ahora a Pablito, "el barredor". Acaso el hombre solitario del Vaticano lo conozca -casi mejor que no-, porque él dice que admira al Papa y él, "el barredor", es muy amigo, pero que muy amigo, de los de Sortu y Amaiur y estos dos son los de la banda asesina de ETA, vamos los más mandamases. Tampoco se lleva mal con ellos -antes bien, todo lo contrario- el frustrado actor Viyi Toledo. Espero haberme explicado, creo que se me entiende. Pues, eso.
Por cierto, hoy se ha muerto el etarra Bolinaga, al que dejó en libertad el ministro del Interior. Le habían dado unos meses de vida y se ha tirado casi tres años en libertad. Ahora se ha ido y se ha llevado sus secretos a la tumba, porque no ha ayudado a esclarecer ni un asesinato, no ha indemnizado a sus víctimas ni ha pedido perdón. Ya es tener mala entraña. Así se las gastan los asesinos etarras. Y sus cómplices echando la culpa a los demás. Pero, que sepa el señor Papa que siguiendo sus doctrinas, ni nos alegramos de su óbito ni brindamos con champaña.
En fin, que como decía al principio, el portavoz del Vaticano ha tenido que salir a matizar las declaraciones del Santo Padre. Pues, mejor se había quedado en casa, calentito, que hace un frío que pela. Porque con lo que ha dicho lo que ha logrado es liarla todavía más. Virgencita, que deje las cosas como estaban, que el tiempo todo lo cura. Y nosotros no vamos a perder la fe, pese a todo.
¡Ah, un momentico, por favor! Sólo se trata de una pequeña puntualización: desde Misión Pópulo, que soy yo, estamos a favor de que no haya límites a la libertad de expresión y sí de que haya tribunales. Eso es todo. Gracias.

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