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jueves, 5 de febrero de 2015

El Gobierno se asusta con las "embajadas" catalanas

Aquí parece que es que somos del más allá, por no decir tontos o descerebrados, lo que no sé concretar es si nosotros o ellos. Miren, tiene el Gobierno de España dos ministros, en especial, que es mejor que callaran para siempre -por lo menos mientras estén en el Ejecutivo-, porque cada vez que abren la boca la pifian enormemente, hasta cuando comen, porque no pueden ni masticar con la boca cerrada. El de Interior -de cuyo nombre soy incapaz de retener-, pero que se recuerda muy fácilmente con eso de que si no excarcelaba al asesino Bolinaga cometería una prevaricación, y el de Exteriores, José Manuel García-Margallo, más conocido por los amigos -con permiso y respeto- Juanma.
Dice el de Exteriores que el Gobierno estudia recurrir la apertura de las "embajadas" catalanas en Roma y en Viena. Quiere ello dar a entender que estudian estudiar si es posible realizar esa acción contra esas dos sedes que todavía no están ni tan siquiera abiertas. También -afirma Juanma- van a analizar la posible inconstitucionalidad de la ley catalana de Acción Exterior. O lo que es lo mismo, van a seguir estudiando. ¡Sí que son aplicados! ¡Hombre, no! Deduce el ministro que lo de las embajadas puede ir en contra de la ley española -coincidencia- que lleva el mismo nombre, Acción Exterior, tal cual la denomina un Estado. No satisfecho del todo, se cuestiona -él solito, bajo su responsabilidad, corriendo todos los riesgos; y es que en el fondo es un aventurero- si las oficinas estas que van a adquirir -y suponemos que las que ya tienen- en el extranjero la Generalidad lo son para impulsar realmente la lengua o la cultura catalanas o bien para "alentar el proceso secesionista". ¡Sesudo el ministro! ¡Profundo pensamiento! Acabáramos.
Mejor, ministro no siga, que luego todo se sabe, que es que los del delincuente Arturo Mas ya tienen redactada una Constitución en toda regla, donde ya se habla de lo de las embajadas; además, vela por ella -fuera de sus horas de trabajo, eso sí-, un juez de los de "pallí", pero que depende de los de "paquí" y tiene una escopeta para los ratos de asueto. No es por nada, aviso. La libertad de expresión es la libertad de expresión, y digo lo que quiero. No, no, si traía el discurso preparado, pues suéltelo; no hay problema. Pues eso. No, si ya.
Anda que no ha llovido -y "nevao"- desde que están abiertas las embajadas catalanas de Washington, París, Londres, Berlín y Bruselas y tienen un representante permanente ante la Unión Europea (UE). Se acuerdan ahora de que pueden estudiar para, acaso, poder recurrir su ilegalidad. Amos, que  vaya historias para no dormir. Más de veinte recursos -o todavía más- habían tenido tiempo ya de presentar. Me da la impresión -no sé por qué- que Juanma nos quiere colar una "mentirigiña" piadosa. Total, no nos jugamos nada. Sí, y mete la cabeza debajo del ala, como los avestruces, y se lo cree él solo. Y luego se ríe a escondidas, el zorrete. "Velaí", el ministro.
 

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