Estoy convencido de que no fueron los resultados de 24M los que marcaron un
antes y un después en el pepé de Rajoy. No. Realmente, ese momento se produjo
ayer, cuando el presidente del Gobierno de España y de los “populares” dio a
conocer su remodelación en el partido. De cambios en el Gobierno parece que ni
se le ha pasado por la cabeza. Tras los nombramientos de ayer –el después-
parece que ElRajoy sigue sin enterarse de nada; da la impresión de que la sombra
de Arriola es alargada y de que la ludópata de su esposa, de Arriola, sigue
jugando en el partido. Entre las novedades, un imputado, el zamorano Fernando Martínez
Maillo, que –casi nada- va de número tres en el escalafón. Luego, que no se quejen
La misma tarde del 24M –que yo lo vi-, el presidente del Gobierno comparecía públicamente para decir que todos tranquilos, que aquí no ha pasado nada, hasta el punto de anunciar que no iba a hacer cambios ni en el Gobierno ni en el partido. ElRajoy no hacía caso a la evidencia, se negaba a recibir el mensaje: el “pepé”, ciertamente, era el ganador de las elecciones, pero había perdido más de dos millones y medio de votos. Pasados unos días, alguien lo hizo entrar en razón –Arriola, no, por supuesto; su mujer, Celia Villalobos, menos todavía, que bastante tenía con preocuparse por recuperar lo perdido en el juego-, y ya se comprometía el presidente -no del todo convencido- a realizar algunos cambios. Daba la impresión de que despertaba, que la “la bestia” se desperezaba, de que le decía a los suyos, de él, los “peperos” de toda la la vida, que los otros se van a enterar, los que no son del “pepé”, coño.
La misma tarde del 24M –que yo lo vi-, el presidente del Gobierno comparecía públicamente para decir que todos tranquilos, que aquí no ha pasado nada, hasta el punto de anunciar que no iba a hacer cambios ni en el Gobierno ni en el partido. ElRajoy no hacía caso a la evidencia, se negaba a recibir el mensaje: el “pepé”, ciertamente, era el ganador de las elecciones, pero había perdido más de dos millones y medio de votos. Pasados unos días, alguien lo hizo entrar en razón –Arriola, no, por supuesto; su mujer, Celia Villalobos, menos todavía, que bastante tenía con preocuparse por recuperar lo perdido en el juego-, y ya se comprometía el presidente -no del todo convencido- a realizar algunos cambios. Daba la impresión de que despertaba, que la “la bestia” se desperezaba, de que le decía a los suyos, de él, los “peperos” de toda la la vida, que los otros se van a enterar, los que no son del “pepé”, coño.
Las novedades se han hecho esperar, hasta el jueves por la tarde; mucho tiempo
para cómo anda el asunto. Además, los “peperos”, que todo lo fían a su presidente,
se han quedado con la boca abierta; es más, boquiabiertos, que es lo mismo,
pero suena como más intenso y da la impresión de que así no entran moscas; los
de la oposición y los emergentes, ni se han reído, para no dar pistas: más difíciles
se las ponían a Felipe II, el de El Escorial; no confundir con el nuestro Felipe
de ahora, padre de dos niñas, casado con la plebeya Letizia, con zeta.
Sí, sí, lo que les digo. ElRajoy ha basado todos los cambios, todas las
novedades, en cinco personas, mientras que se ha “largao” a dos: Carlos
Floriano y González Pons; este último hasta le estará agradecido, porque
puede que esté ya más que harto de comerse los “marrones” de los demás. En
consecuencia, eleva a los altares del partido a Pablo Casado –que estaba
cantado-, para Comunicación; a Jorge Moragas, director de Campaña; a Andrea
Levi, para Estudios y Programas; y Javier Maroto –que se casará con su novio
después del verano-, para Programático, pero no de ordenadores. Y el presidente
en funciones de la Diputación de Zamora, Fernando Martínez Maíllo, imputado por
el “caso Caja España”. Maíllo va de número tres del partido, vicesecretario de
Organización. Maíllo es el presidente del “pepé” en Zamora y el de Zamora es el
único ayuntamiento de toda España que cuenta con un alcalde de Izquierda
Unida, iuú.
ElRajoy se ha “cebao” con el partido; el Gobierno ni lo ha tocado. Si se cree
que con quitar dos y poner cinco lo tiene todo “arreglao”, pues sigue equivocándose.
O será porque nadie le ha dicho que no sólo de trata de personas, sino de que hay
que saber comunicar –tanto desde el partido como desde el Gobierno- y que hay
que ilusionar al personal con proyectos y programas. A ver cómo nos lo
presentan estos del cambio generacional, como decían hoy los del Telediario, en
la TV1, mientras que junto a las fotografías de los jóvenes “reformadores” colocaban
la del ilustre elBocanegra, Javier Arenas, que él sigue; es incombustible.
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